Armas «menos» letales

Hace ya muchos siglos que el gran Sun Tzu, afirmaba que “La cima de la destreza militar consiste en someter al enemigo sin combatir”.
En la actualidad esta idea adquiere un renovado valor, tal que, exigencias político diplomáticas, económicas éticas y sociales obligan, en la medida de lo posible, a que, en las futuras operaciones policiales y militares se minimicen las bajas y al mismo tiempo se limiten las víctimas civiles y los daños colaterales.

GIPN MARSEILLE con taser


Los ejércitos actuales, con su armamento clásico y, en el desarrollo de las misiones que se le exigen, de ayuda humanitaria, de apoyo a la paz y de evacuación de personas, no pueden cumplir las premisas anteriores, empleando una fuerza, a veces, desmedida en relación con la amenaza.
Dichas misiones requieren desarrollar nuevos procedimientos y medios adecuados a un escenario que va más allá de la guerra convencional clásica.
En Somalia en 1993, los soldados estadounidenses se encontraron frente a una multitud de mujeres y niños que les lanzaban piedras, no teniendo a su disposición más que medios letales como respuesta. Ejemplos parecidos podemos encontrar en los recientes conflictos de Bosnia, Haití, Palestina, Kosovo, Timor, etc. En una situación similar se encontró España con la marcha verde en el Sahara en 1975, al no disponer de unos medios apropiados para reaccionar ante multitudes desarmadas.
En estas situaciones el uso de armamento letal, incluso en legítima defensa, no es aceptado internacionalmente y provoca rechazo social hacia el que lo utiliza.
El punto de partida de las investigaciones y desarrollos lo constituyen principalmente los escenarios de las zonas en conflicto, no solo en los armamentos sino también en otros campos pendientes como las doctrinas y conceptos de empleo.
Los medios letales siguen siendo hoy día la piedra angular del potencial bélico de las naciones, sin embargo, los ejércitos tendrán que soportar una atención cada vez mayor, por parte de la opinión pública, a la letalidad, duración y coste (humano y material) de las campañas.

Esta tendencia se ve favorecida por las mayores capacidades de algunos sistemas de armas, es por ello por lo que las fuerzas armadas están prestando una mayor atención a las Armas No Letales (ANL).
En el marco general antes citado anteriormente, las ANL pueden proporcionar los medios de respuesta a la situación de incremento de la crisis y en las contingencias. Esto mejorará la capacidad de los ejércitos en el cumplimiento de sus misiones, tanto en el empleo de una fuerza proporcional a la amenaza, como a la discriminación en la aplicación de la misma. Las capacidades no letales pueden reducir los riesgos de la percepción de una excesiva fuerza militar, promocionar el apoyo político internacional, paliar las preocupaciones medioambientales y mejorar la transición a la situación postconflicto y su fin.
Los ejércitos más modernos están sintiendo la necesidad de disponer de una serie de medios que puedan provocar efectos inmediatos, físicos y reversibles, con posibilidad de aplicarse directamente sobre el personal, infraestructuras y materiales, incluso sobre el entorno en el que actúan.
En el aspecto del uso de reglas de enfrentamiento, se ha visto que funcionan con las armas letales en combate, pero se muestran insuficientes en este tipo de conflictos, al ser poco graduables y poco proporcionales a la amenaza. Por eso el uso de ANL permitirá que exista, en conjunción con unas Reglas Operativas de Enfrentamiento (ROE´s) apropiadas, dicha proporcionalidad y gradación.
Todo esto constituye la base de un deseo cada vez más claro y sentido por la colectividad, de hacer la guerra de forma “indolente”, siempre que la guerra siga considerándose una constante biológica del hombre y de su historia.
Según los expertos, un arma no letal es un arma concebida para salvaguardar a las personas con vida en los conflictos. Esta aseveración da una idea de la finalidad de las armas, pero es incompleta e insuficiente, debiéndose profundizar en su desarrollo.
La definición de armas no letales no es fácil desde el mismo momento en que se yuxtaponen términos aparentemente contradictorios como son los de “arma” y “no letal”.
Muchos organismos y autores hacen referencia al término “ No mortal “ para referirse a este tipo de armas, concepto que podría inducir a pensar que lo “ no mortal ” es “ inmortal ”, y por lo tanto no es correcta su utilización.
Por otra parte, también se han sugerido otros términos: “menos que letal”, “incapacitante”, “pre – letal”, etc., argumentándose que no letal significa simplemente que no matan (o que, al menos, no es ese su objetivo) pero podría implicar lesiones graves irreversibles, por ejemplo, la amputación de ambas piernas.
Precisamente eso indica una característica importantísima y probablemente definitiva, la reversibilidad de sus efectos, aspecto que quizás no quede bien reflejado en el término no letal.
Parece que se deberían incluir en el concepto de armas no letales todas aquellas armas que se hayan concebido específicamente para incapacitar temporalmente a las personas lo que de entrada deja fuera al radar, sistemas de vigilancia, defensa antiproyectiles, etc.
Asimismo se deben excluir los sistemas electrónicos y de información, todo lo relativo a la guerra psicológica, e incluso armas letales de precisión, aunque estas permitan reducir significativamente los daños colaterales, tanto humanos como materiales.
Es necesario destacar que estas armas no-solo plantean la posibilidad de disminuir la pérdida de vidas humanas en futuros conflictos, sino que constituyen nuevos e indispensables instrumentos para afrontar las nuevas misiones de las Fuerzas Armadas.
Emplear el término “Arma” junto con el de “no letal”, pues parece que se excluyen, pero el Diccionario de la Real Academia Española define:

ARMA. “ Instrumento, medio o máquina destinado a ofender o defenderse”.
LETAL. “ Mortífero capaz de ocasionar la muerte ”.
MORTAL. “ Que ha de morir o sujeto a la muerte “. “Que ocasiona o puede ocasionar muerte espiritual o corporal “.
La razón de que no sea fácil su definición es:

  • Que un arma puede ser letal o no letal según se emplee, por lo que debería aclararse este extremo de forma que no haya posibilidad de diferentes interpretaciones.
  • Un arma no letal puede producir la muerte accidentalmente y por tanto convertirse en letal.

De todo lo anterior expuesto y como punto de partida para el documento definimos ANL como:

“Armamento o medio específicamente diseñado y principalmente empleado para incapacitar al personal y al material, minimizando la probabilidad de causar daños permanentes al personal, material y medio ambiente y permitiendo la reversibilidad de sus efectos.”

CARACTERÍSTICAS.

Las características esenciales de las ANL son su intencionalidad y los efectos a conseguir.

  • La Intencionalidad: no concebidas para matar ni para destruir.
  • Efectos: incapacitar temporalmente al personal o material – minimizando los daños colaterales y medioambientales y ser reversibles.

CRITERIOS DE CONCEPCIÓN.

  • No se consideran aquellas armas o medios cuya concepción o intencionalidad no sea explícitamente la definida. Por ejemplo la guerra electrónica, pues busca la destrucción total de los medios electrónicos y de la capacidad de comunicarse, la guerra psicológica actúa sobre las personas en su aspecto psíquico y sus efectos pueden no ser reversibles, mientras que las ANL actúan sobre el aspecto físico, la guerra de la información, la guerra de la informática, etc.
  • Su concepción y definición no conlleva necesariamente a tener la probabilidad “cero” de producir muertes o daños permanentes accidentalmente.
  • Ningún conflicto se limitará a un nivel específico de letalidad. Las ANL no están destinadas a sustituir los armamentos letales. Es poco probable que cambien la forma de conducir las operaciones. Serán, más bien, un complemento de los demás sistemas de armas. Por consiguiente, hay que evitar hablar de las ANL como elementos aislados, o sugerir que en el futuro puedan dar lugar a un concepto de guerra no letal.
  • Se prevé, a priori, un extenso campo de aplicación de estas armas como posible sustituto de las minas contra personal, sobre todo en aquellas misiones que las armas letales o la vigilancia no pueda suplir la pérdida de capacidad operativa y la protección de nuestras tropas.

PRINCIPIOS DE EMPLEO.

  • Las ANL por si solas no son resolutivas sino que deben estar totalmente integradas con los armamentos letales, a fin de permitir una respuesta gradual y flexible basada en el principio de respuesta proporcional a la amenaza o riesgo.
  • El empleo de las ANL debe ser coherente con los tratados y acuerdos en vigor, el derecho internacional y el derecho nacional. Su utilización debe poder justificarse tanto en el aspecto moral como en el ético.
  • Debe utilizarse apropiada y discriminadamente (usar el medio más apropiado en cada situación y momento, de forma que se proteja a los no combatientes en caso de ataque intencionado)
  • La protección de las tropas y medios propios en el uso de las ANL debe estar garantizada.
  • Las ANL pueden emplearse y constituirse como el complemento de una acción letal, aumentando la capacidad de combate del armamento convencional. Por ejemplo la utilización de pegamentos para fijar al enemigo y facilitar una posterior acción de fuego.

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VENTAJAS.

  • Pueden potenciar la disuasión, porque amplían el espectro de actuación de las fuerzas.
  • Integradas con los armamentos letales, ofrecen a las fuerzas la posibilidad de dar una respuesta graduada y proporcional.
  • Disponiendo de ANL se reduce el riesgo de escalada rápida del conflicto como puede ocurrir utilizando armamentos clásicos.
  • Alcanzando los objetivos deseados, limitan la producción de daños en el personal y medios enemigos, los daños colaterales y el deterioro del medio ambiente.
  • Permiten mantener la situación a un bajo nivel de violencia hasta que se encuentre otro tipo de solución (diplomática, social, económica, etc.)
  • Favorecen el apoyo de la opinión pública hacia la actuación de las fuerzas en los conflictos.

INCONVENIENTES.

  • La utilización de ciertas ANL podrá verse limitada en razón de tratados, acuerdos y leyes nacionales e internacionales, otras ANL podrían suscitar fuertes críticas entre la opinión pública caso de utilizarse contra un blanco inadecuado o de tener consecuencias letales.
  • Las ANL no destruyen al enemigo, aún cuando puedan afectar a su cohesión, voluntad y capacidad de combate. Su utilización podría ser interpretada como falta de voluntad en el uso de la capacidad letal. Su empleo siempre debe dejar clara la posibilidad de utilización de la fuerza letal.
  • Será muy difícil valorar a largo plazo los efectos de las ANL sobre el personal.
  • Algunas ANL son omnidireccionales y pueden tener repercusiones sobre las tropas propias o los no combatientes.

ESCENARIOS DE EMPLEO.

Las capacidades no letales pueden emplearse en una amplia gama de escenarios y situaciones.
Las misiones de mantenimiento de paz, como por ejemplo la entrega de comida en Somalia y Ruanda son magníficos ejemplos en los que el uso de armas letales no encaja conceptualmente con la misión (excepto la fuerza de seguridad). Las capacidades no letales proporcionarán a las tropas los medios necesarios para controlar a la población, hacer cumplir los mandatos y autoprotegerse de acuerdo con las ROE específicas de la operación.
No se trata de reseñar todas las situaciones posibles sino la de proporcionar una apreciación de la integración de los medios no letales en el contexto de las acciones ofensivas y defensivas.

DEFENSA PERSONAL ( AUTODEFENSA).

Existe la necesidad de potenciar la protección de las tropas en el ámbito individual en casos en los que el uso de armamento convencional no sea adecuado o no pueda emplearse.

CONTROL DE DISTURBIOS Y TUMULTOS.
Existe un amplio número de situaciones en las que se pueden emplear capacidades no letales para control de desordenes. Pueden utilizarse para dispersar tumultos peligrosos o para impedir el acceso a instalaciones criticas, tales como depósitos de armas embajadas e instalaciones de prisioneros de guerra, plantas de energía nuclear, alojamientos de tropas, etc.

INTERDICCIÓN DE RECURSOS TÁCTICOS / ESTRATÉGICOS.
Emplear medidas que reduzcan la capacidad del enemigo para involucrarse en una guerra y que permita el restablecimiento de la infraestructura con costes mínimos. Con medidas que inhabilitan sus instalaciones productivas, se podría bloquear a un estado beligerante. El empleo de estas medidas permitirá minimizar las bajas y todo ello sin tener que emplear otras de carácter más destructivo, como puede ser el empleo de fuegos.

SANCIONES A DISTINTOS NIVELES.
Podrán emplearse medios no letales para reforzar las sanciones económicas y políticas, mermando las principales capacidades o los escasos recursos de que dispongan. Se podría presionar a una nación a que cambie su conducta o intenciones, por ejemplo empleando medidas que neutralicen temporalmente su energía eléctrica o sus vías de comunicación.

INCURSIONES MILITARES.
Puede ser necesario desplazar a fuerzas militares a un país para cumplir un objetivo especifico como es la destrucción de una instalación de producción química o captura de armas nucleares. Se podría emplear capacidades no letales para retardar la intervención de las fuerzas militares del país, permitiendo el retorno de las fuerzas militares que intervinieron sin necesidad de llegar a un enfrentamiento.

PROTECCIÓN DE ZONAS.
Las operaciones defensivas implican el empleo de capacidades no letales para mejorar la eficacia de la defensa posicional, o seguridad de zona.
Podrían emplearse medios no letales para limitar el acceso a posiciones defensivas, o detectar movimientos sustituyendo a las minas C/PE. El gran vacío que han dejado las minas contra personal como consecuencia del Tratado de Ottawa, deja el campo abonado a las armas no letales.

COMBATE EN ZONAS URBANAS.
Estas operaciones ofrecen oportunidades muy claras para el empleo de ANL,s. Por ejemplo las rutas de acceso o escape de los edificios pueden ser bloqueadas con espumas o con otras medidas, se pueden canalizar el movimiento a través de zonas batidas por los fuegos o proteger zonas de entradas. Asimismo en las zonas urbanas aumenta la posibilidad de que se entremezclen combatientes y no combatientes, siendo preferible en este caso evitar el empleo de armas de destrucción indiscriminada.

DESTRUCCIÓN DE LUGARES DE ALMACENAMIENTO Y PRODUCCIÓN DE ARMAS DE DESTRUCCIÓN MASIVA.
La utilización de armas convencionales supone un mayor peligro en estos lugares, porque sus efectos pueden producir diseminación de las mismas.

RESCATE DE REHENES.
El uso de ANL,s. podría hacer posible la neutralización de combatientes cuando estos se mezclan con personal combatiente o amigo sin que este sufra daños.

NIVELES DE EMPLEO.
ESTRATÉGICO.

Dado que la finalidad estratégica seguirá siendo la consecución de los objetivos políticos mediante el empleo de la fuerza armada, las ANL podrán ayudar a conseguir dichos objetivos.

OPERACIONAL.

En este nivel la finalidad es disminuir el potencial enemigo o infligir una derrota a las fuerzas militares. Muchas de las ANL tendrán un importante papel que desempeñar, en particular los sistemas que inmovilizan e inutilizan los materiales en la retaguardia, impidiendo así el despliegue de los mismos hacia la vanguardia y privando al enemigo de su libertad de acción.

TÁCTICO.
Los objetivos tácticos varían, pero incluirán la destrucción o perturbación de las capacidades de combate del enemigo, por lo tanto estas armas tienen un gran campo de uso utilizadas solas o como complemento de las convencionales.

Escrito por Cecilio Andrade (Perfil en el Foro Fauerzaesp)

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