MARINE JÄGER 2035: un concepto urgente para la infantería de marina española
El Cuerpo de Infantería de Marina española es una organización en crisis. Como cualquier otra rama de las fuerzas armadas españolas podríamos entretenernos hablando de la falta de recursos y personal. Pero esos problemas estructurales, en el caso concreto del Cuerpo de Infantería de Marina, van acompañados de otros igualmente serios que tienen que ver con la organización y doctrina.
Algunos de esos problemas no son específicos de la Infantería Marina española. Se discute de manera general la viabilidad de las operaciones anfibias (véase «La Infantería de Marina en una encrucijada histórica«, 1 de diciembre de 2022). Ese desafío ha sido enfrentado por el Cuerpo de Infantería de Marina de los Estados Unidos (USMC), los marines, con cambios en el campo de organización y doctrina específicos para el contexto del Indo-Pacífico (véase «La Infantería de Marina en una encrucijada histórica» (II), 3 de diciembre de 2022). Esto supone que aquí en España no podemos limitarnos a copiarle los deberes al empollón de la clase, sino que tenemos que estudiar nuestras necesidades específicas.
La Infantería de Marina española también ha elaborado un plan de modernización, pero sorprendentemente es secreto. Se trata del plan Fuerza de Infantería de Marina 2040, del que sólo existen tres referencias en Google: una mención en un discurso y sendas menciones en entrevistas a dos comandantes generales del Cuerpo, el general Planells (2020) y el general Roldán (2023). Ese secretismo de la Infantería de Marina española contrasta con la apertura sobre los planes de futuro de otras infanterías de marina de la OTAN, como son la estadounidense, la británica o incluso la portuguesa (véase «Sin noticias de los planes de futuro de la Infantería de Marina española«, 22 de septiembre de 2024). Y también contrasta con la apertura del Ejército de Tierra en español en dar a conocer su Brigada Experimental 2035 y el plan Fuerza 2035.
Mientras tanto, en el caso de la Infantería de Marina española nos tenemos que conformar con las listas de la compra para el Tercio de Armada que aparecen en las entrevistas a los altos mandos, como la entrevista al general Roldán siendo GETEAR y la entrevista al mismo general más tarde siendo COMGEIM. Y también con las ocasionales diapositivas en presentaciones de altos mandos de la Armada, como la imagen anterior captada en una presentación realizada en diciembre de 2022. Lo que podemos deducir es que los altos mandos de la Infantería de Marina, ante la falta de medios y personal, decidieron asumir como inevitable la pérdida de capacidades y plantean que la brigada de Infantería de Marina «Tercio de Armada» se convierta en una brigada media, dotada por tanto sólo con vehículos de ruedas de un número menor de tipos diferentes para reducir costes y facilitar la logística.
Una brigada así será ideal para actuar como fuerza de acción rápida lejos del litoral, realizando desembarcos administrativos para luego acudir por sus propios medios al área de operaciones. Estamos hablando de una brigada de infantería de marina que se estaría preparando para participar en la Operación SERVAL, lanzada por Francia en enero de 2013, en la que las fuerzas francesas desembarcaron en el puerto de Dakar para atravesar Senegal y llegar por sus propios medios al frente de batalla en Mali.
Personalmente me parece un despropósito y pienso que el Tercio de Armada debería dar prioridad siempre a la movilidad táctica (véase «Ruedas y cadenas«, 23 de junio de 2023 ). Esto es, contar con vehículos de cadenas que le den la máxima flexibilidad al comandante de la Fuerza de Desembarco a la hora de elegir la ubicación de la cabeza de playa, haya arena, nieve o barro en ella (véase «Tropezar dos veces con la misma arena«, 10 de junio de 2024).
Piranha IIIC de la Infantería de Marina española en Santander (2009)
Al final volvemos al punto de partida. Las decisiones sobre la futura organización y medios de la Infantería de Marina española no nacen de una visión doctrinal sino de la falta de recursos. Tendremos la Infantería de Marina que nos podemos permitir, no la que necesitamos. Y esto supone un peligro mortal para la institución. Una fuerza con capacidades limitadas corre el peligro de ser percibida como un costoso artefacto inútil y seguir la misma suerte que la Brigada de Cazadores de Montaña «Aragón», cuyas carencias no fueron resueltas sino que simplemente fue disuelta.
Plan de choque
El nuevo contexto geoestratégico y el impulso al gasto militar en Europa podría cambiar por completo el panorama en los próximos años para la Infantería de Marina española. Pero la disponibilidad de más recursos y más personal no resolverían por sí mismos los dilemas doctrinales, de organización y materiales, sino que el debate de qué modelo de Infantería de Marina para qué misiones seguirá siendo necesario. Mientras tanto, creo que es posible solventar ese dilema asumiendo una idea sencilla aunque quizás no evidente: la Infantería de Marina tiene que asumir que por defecto es una fuerza ligera.
Una de las alternativas planteadas al actual estado de las cosas en la brigada de infantería de marina «Tercio de Armada» asume el postulado de que es imposible llevar a cabo con éxito operaciones anfibias complejas en un mundo donde proliferan las armas avanzadas. Por tanto, se debería realizar una transición a una fuerza ligera cuya misión principal sea ejecutar raids anfibios y dar apoyo a la Fuerza de Guerra Naval Especial. Esa alternativa se plantea como una opción que transformaría a la Infantería de Marina española en una fuerza más pequeña y ligera permitiendo que, para el mismo presupuesto, esté mejor equipada.
En mi opinión aspirar a la excelencia como fuerza expedicionaria anfibia de naturaleza ligera no debería ser un plan alternativo al actual estado de las cosas, sino un objetivo siempre presente. Trabajar por alcanzar la excelencia como fuerza de infantería no debería ser el triste consuelo a la pérdida de medios mecanizados. Debería imbricarse en el ethos de la Infantería de Marina que debe mirar el futuro con ambición y no vivir mirando al pasado con nostalgia, sea el de los Tercios o el de la época en que se contaban con medios mecanizados y se salía de misión con frecuencia.
La brigada de infantería de marina «Tercio de Armada» cuenta actualmente con tres batallones de desembarco: uno mecanizado y dos batallones ligeros, los Batallones de Desembarco I y II. Estos últimos cuentan con vehículos VAMTAC en diferentes variantes (mando, ambulancia, portamortero…) y con la excepción del ocasional empleo de vehículos de asalto anfibio AAV7, las secciones de fusileros del BD I y BD II son en esencia infantería ligera que se mueven por su propio pie una vez llegan a la playa por una diversidad de medios que pueden ser las embarcaciones Zodiac SRMN 600 de la propia brigada de Infantería de Marina, los helicópteros de la Flotilla de Aeronaves o las embarcaciones LCM-1E del Grupo Naval de Playa.
Poner el énfasis en que la Infantería de Marina es por defecto una fuerza ligera significa no esperar a que los actuales decisores o venideros aprueben los fondos para convertir a la brigada de Infantería de Marina «Tercio de Armada» en una fuerza media o mecanizada para trabajar en las competencias centrales de una fuerza de infantería: tiro, tácticas de pequeñas unidades (Small Unit Tactics), atención a heridos (Tactical Combat Casualty Care), etc. bajo la premisa «todo infante de marina es un fusilero». Corriendo el riesgo de caer en la acusación de que la Infantería de Marina española ha tomado como ejemplo de forma excesiva a su homóloga estadounidense merecería la pena prestar atención en esta materia: «El programa formativo de tiro del Cuerpo de Marines dobla en 4 años la efectividad de sus combatientes» (defensa.com, 9 de abril de 2025).
Y no podemos hablar de que estamos tratando de elevar los estándares de una fuerza de Infantería de Marina sin mencionar las operaciones anfibias. Tratándose de una fuerza ligera y considerando los medios orgánicos disponibles por la Infantería de Marina española debería practicarse los raids anfibios con embarcaciones ligeras. La clase de operación que se pueden realizar en ejercicios sin contar con el apoyo de la Armada, ya que tanto la brigada de Infantería de Marina «Tercio de Armada» como las unidades de la Fuerza de Protección de la Armada cuentan con sus propias embarcaciones. Evidentemente los medios de los tres Tercios (Norte, Sur y Levante) o de la Unidad de Seguridad de Canarias no se pueden comparar con los de la Compañía de Embarcaciones del Grupo de Movilidad Anfibia de la brigada, pero hay margen para mejorarlos. Y no es menos importante que, en parte, la función de los ejercicios anfibios con embarcaciones ligeras en las unidades de la Fuerza de Protección de la Armada es mantener el espíritu y adiestramiento como fuerza de Infantería de Marina.
Una vez se haya trabajado lo suficiente en las competencias centrales de infantería para que las secciones y compañías de fusileros avancen en su búsqueda de la excelencia, podemos poner énfasis en la autonomía e iniciativa de los oficiales en el «Mando Orientado a Misión» (Mission Command o Auftragstaktik), una forma de entender la relación de cada escalón del mando con sus subordinados que encaja con naturalidad en la manera de operar de cualquier fuerza de Infantería de Marina. Y que, gracias a los avances en materia de mando y control actuales, permite operar a fuerzas reducidas de forma más autónoma y más alejada del resto de unidades. Esto es, incorporar las últimas innovaciones doctrinales en materia de guerra orientada a redes (NCW), como el caso de «Letalidad Distribuida«. Y así llegar finalmente a la formación y preparación de subgrupos tácticos de entidad compañía reforzada que puedan operar con embarcaciones ligeras desde buques distintos a los específicos de operaciones anfibias.
Habiendo elevado el dominio de las competencias centrales de la Infantería de Marina y habiendo puesto énfasis en la capacidad de operar de forma autónoma de los escalones más bajos del mando podremos entonces contar con una fuerza de élite lista para ejecutar raids anfibios y además asistir con eficacia a la Fuerza de Guerra Naval Especial. Y si el rearme europeo se concreta en España con más y mejores medios para la Infantería de Marina habrá que alegrarse por la llegada de blindados y medios pesados que son realmente necesarios, asunto del que habrá que hablar en otra ocasión.
Mientras tanto, ese énfasis en alcanzar la excelencia como fuerza de infantería de marina ligera no debe hacernos creer que una fuerza ligera es obligatoriamente sinónimo de una fuerza de infantería de marina pobre y limitada. Si en un futuro se habilitan recursos para darle más medios a la Infantería de Marina española también podrían dársele más medios para esa faceta de fuerza ligera, desde vehículos ligeros 4×4 tipo Polaris a embarcaciones de asalto anfibio ligeros tipo CB90 o Combat Boat 90.
Evidentemente lo deseable es una Infantería de Marina dotada de los medios necesarios y suficientes. Pero el esfuerzo para elevar las competencias básicas e inculcar un ethos de fuerza ligera de élite puede ponerse en marcha ya sin esperar al proceso de rearme de Europa y la elevación de la inversión en Defensa en España. Pero los esfuerzos en mejorar con recursos limitados no son necesariamente livianos. Cuando no hay dinero ha de emplearse la imaginación y la inteligencia. Y en las fuerzas armadas españolas hay que empezar a dejar de usar la excusa de la falta de recursos para justificar las carencias y las limitaciones.
https://guerrasposmodernas.com/2025/04/ ... -espanola/