123estol escribió:
Me hago eco de estas noticias, Gracias a los dos:
El sargento primero de la Armada C.T los tiene como los tigres: redondos y pegados al culo, pero no ha merecido más que unas escasas líneas en edición en papel de ABC y nada, absolutamente nada, en los otros dos grandes periódicos nacionales. Esta "máquina de matar niños" (a decir de los pacifistas sandía) se lanzó en la noche del domingo a las frías aguas del mar de Alborán atado a un cable guía para intentar alcanzar una patera encallada en una rompiente de las inmediaciones de la Isla de Alborán, en la que viajaban 33 inmigrantes, en su mayoría mujeres y niños, y un bebé aún con el cordón umbilical. Posiblemente, le debe la vida. Pero en España, sólo un cable de Europa Press, cuenta su hazaña.
Sostiene el sargento primero C.T que "todo fue de forma improvisada" (me lo creo, esto es España), que tuvo que permanecer más de dos horas en el agua para rescatar, "uno a uno" a los 33 seres humanos que estaban a punto de naufragar.
Sostiene también el sargento, que pudo hacerlo gracias a los 11 hombres del destacamento de la isla de Alborán, que la patera encalló "y la embarcación de Salvamento Marítimo no podía acceder". "Tuvimos que decidir una opción y ante la desesperación de esas personas gritando, no pudimos más que improvisar, con riesgo para mis hombres, que acabaron magullados y con hipotermia".
Sostiene por otra parte C.T que no disponen de medios para efectuar un rescate como el que él y sus hombres afrontaron esa madrugada, pero que "me até a un cabo, les dije a mis compañeros que tirasen bien fuerte y hasta que dio". Durante más de dos horas, fue sacando de la barcaza a todos sus ocupantes. "Mis compañeros iban tirando de la cuerda y les íbamos sacando uno a uno". Dieron prioridad a los niños, y el primero en cruzar e mar en brazos del sargento fue el bebé "nacido durante la travesía, con el cordón umbilical aún caliente. La madre no se podía ni mover".
Sostiene, que ahora comprende que fue una temeridad, "porque no hay equipo ni hay nada" (lo que sobraba era corazón, coraje y $%&/: la definición de un soldado español), pero no había más alternativa: "Estaban en plena desesperación, asustados, con hipotermia, y con esa señora que estaba recién parida...". También reconoce que la imagen de aquellas 33 personas varadas en el mar aún tiene "conmocionados" a los once hombres que componen el Destacamento de la Isla de Alborán, entre el oficial, el suboficial, el cabo, los marineros y los infantes, aunque pesa más la "satisfacción plena" que han sentido al conocer que 24 horas después, se encontraban todos en buen estado.
Todo esto sostiene C.T, sargento primero de la Armada, otro héroe de los Ejércitos de España (perdonen los pacifistas sandía, quise decir otro torpe asesino a sueldo para matar a inocentes a cambio de dinero) que apenas ha tenido un hueco en la prensa del día después de su gesta y la de sus compañeros. Ni en el papel ni en Internet.
España ya puede seguir las evoluciones de Belén Esteban, los perros verdes, los mapaches invasores, las comparecencias de los ministros en estado de alarma y los Rodríguez Menéndez en la noria. Los españoles pueden estar atentos a eso porque hay héroes cuidando de nosotros en el más absoluto anonimato. ¡Qué país!
Esta es la otra noticia también de un Sargento Primero de la ARMADA acaecida en 2009 al parecer y aunque sea tarde merece la pena que la conozcamos.
La actuación de este sargento de la Armada Española fue crucial para salvar a los 60 tripulantes del submarino ‘Tramontana’, en el que se abrió una vía de agua a 300 metros de profundidad
Trabajar en equipo es una cualidad que se adquiere con la experiencia y únicamente con la experiencia. Adquirirla en la mar es hacerlo en un medio tan placentero como hostil. Incorporarla a la vida en un submarino, una necesidad. Probablemente, el sargento contramaestre C.L.P no fuese consciente de la trascendencia vital de lo que hacía cuando, en la cámara central del submarino Tramontana, a 300 metros de profundidad, irrumpió un chorro de agua helada pulverizada y el ruido ensordecedor de ese peligroso aerosol le impedía oír las órdenes o hacerse entender.
En su buen hacer de jefe de central del submarino, responsable de tomar las primeras medidas ante una emergencia, demostró esa difícil conjunción que se produce en la figura del suboficial entre experiencia, destreza, iniciativa y serenidad. Experiencia para saber que estaba ante una emergencia, destreza para manejar en tal circunstancia los medios para resolverla, iniciativa para hacerlo sin esperar y serenidad para transmitir tranquilidad a su entorno. El resultado palpable es que hoy sus compañeros comparten la vida con sus seres queridos, el comandante del Tramontana tiene la certeza de navegar seguro, la Armada cuenta con un modelo de suboficial para quienes desean seguir esta profesión y, sobre todo, el respeto y el reconocimiento de quienes apreciamos tener buena compañía en la mar
Saludos y desde aquí mi gratitud nuevamente.
Es para descubrirse ante ambos y presentarles nuestros respetos. Varios enlaces a la primera noticia:
Primero
Segundo
Tercero
Cuarto
Quinto
De la segunda noticia sí había tenido conocimiento, pero no recuerdo dónde lo leí. No obstante, aquí tenéis varios enlaces:
Primero
Segundo
Tercero
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