Israel, situado en el núcleo tumultuoso del Medio Oriente, ha enfrentado una diversidad de desafíos de seguridad desde su instauración en 1948. En una región marcada por conflictos interminables, la imperativa de tener fuerzas especiales altamente entrenadas es ineludible. Dentro de este marco de resiliencia, las unidades militares y policiales de élite se han consolidado como baluartes en la defensa y seguridad del Estado. El reconocimiento de estas unidades no sólo reside en la destreza y valentía de sus integrantes, sino también en la innovación y adaptabilidad mostrada ante escenarios adversos. A través de un recorrido por las unidades emblemáticas y el examen de algunas operaciones relevantes, este artículo busca brindar una perspectiva sobre la relevancia e impacto de estas fuerzas en el escenario de seguridad tanto israelí como global.