Llevo un tiempo sin soltar ninguna historia, así que ahí va otro ladrillo.
Esta es la historia de la típica maniobra en que todo se tuerce

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Para variar ni me acuerdo del nombre del ejercicio y el año más o menos el 98, así que hasta que Lovat me corrija

esto es lo que hay.
Nos fuimos a la base FAMET del Copero e instalamos nuestro campamento base.
Allí formaríamos el NOE y estaríamos a disposición del mando para cualquier misión que se nos podría encomendar cualquier día y cualquier hora durante las maniobras.
Lo mismo era un golpe de mano, que una PRE o misiones CSAR, en fin había para todos los gustos.
Como casi siempre los tres primeros días fueron de relativa tranquilidad haciendo instrucción, hasta que llegó el día de movilizarse.
Y aquí la primera sorpresa, mi equipo iba ha ser enviado como PRE, nunca antes lo habíamos hecho, siempre cumplíamos misiones de Patcom.
Sorpresa nº 2, íbamos a volar junto la Patcom de especialistas de agua.
Ellos saltarían cerca de la costa y reconocerían la playa, nosotros lo haríamos en el interior por la zona del Parque Natural de Los Alcornocales.
Anochece y los dos superpumas ya están listos para despegar, en el 1º va la Patcom de agua y en el 2º el resto de la Patcom y nuestra PRE.
Ellos van preparados para el salto al agua, neopreno y todo el equipo bien estanco, pasando un calor infernal durante el trayecto. Nosotros mas relajados salvo porque nuestra PRE está comandada por el sargento “barbarroja”, y por todos es conocida su forma de actuar.
Los dos superpumas se quedan en estacionario y el primer hombre de cada Heli se asoma, el piloto da la orden de saltar pero todo el mundo quieto, algo no marcha bien.
El hombre de puerta avisa de que es más que probable que la altura sea excesiva

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Nos asomamos y vemos que el reflejo de la luna indica que es casi un suicidio saltar a tal altitud

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El sargento a cargo de la Patcom de agua le da el toque al piloto y le indica que baje mas, rifirrafe por los cascos del Heli del que no nos enteramos aunque nos lo imaginamos.
Todos al agua, sin novedad. Nosotros avanzamos tierra adentro hasta que nos depositan en un claro.
Nada mas irse el superpuma advertimos que las rocas de nuestro alrededor se mueven, estamos en medio de un grupo de toros, toca salir pitando.
Anecdota graciosa: El sargento del equipo de agua nada mas llegar a la playa comunica al heli que se ha dejado los guantes de neopreno y que por favor se los devuelvan en el copero, a lo que responde el piloto con un cabreo acojonante que se los devolverá cuando él le devuelva los cascos del heli.
Al sargento se le había ido la olla y había saltado con los cascos puestos arrancandolos del cable
Pateada nocturna hasta que encontramos un lugar ideal para montar la base patrulla, rodeado de bosque con muchos helechos, pero con una buena salida para transmitir.
Al día siguiente el sargento sale a contactar con la Patcom de agua y nosotros a recibir datos de la misión.
Se nos notifica que hay que localizar y destruir 3 baterías antiaéreas.
Nuestro sargento aparece un día más tarde de lo previsto (se había perdido como siempre

) maldiciendo, recogemos antena y empieza la búsqueda de las baterías.
Lo primero que encontramos es cazadores furtivos por un tubo, incluso algún escopetazo pasa cerca. Dudamos entre tenderles una emboscada a esos HDP o avisar por radio para manden a los beneméritos. Escogemos la opción 2 para fortuna de los culos de los furtivos (alguno ya tenía preparada la cinta de embalar).
Contactamos con la Patcom, ellos han localizado una batería y nosotros otra, si nos damos prisa en la noche siguiente podemos zumbarnos a las dos.
Los colegas de la Patcom acuática vienen hechos polvo, se han dado un tute mortal entre aletear por mar y patear todo subida desde la playa hasta la montaña.
Tras otra carrera taurina ($%&ª cuanto ganado) llegamos cerca de la posición de la primera batería y allí no queda ni el tato, pateamos hasta la batería nº 2 y están recogiendo. El día que llevamos de retraso les ha hecho pensar que no les habíamos encontrado y se están largando.
Bronca entre los jefes

, que si éste dato está mal, que me cago en tal…
El comandante da la orden de atacar a la última batería para no irnos con las manos vacías. Reptamos como culebras por un cortafuego larguisimos dejándonos las partes en las piedras, y cuando estamos a 50m a uno le da un ataque de tos, un poco más y lo estrangulamos allí mismo al colega.
Los centinelas deben de estar sordos, nadie reacciona y seguimos a lo nuestro.
Pam Pam tiros de fogueo, colocamos la carga y al punto de exfiltración.
Cuando creíamos que nada podía ir peor, al día siguiente descubrimos la movida del DDI.
Los que estuvieran en la BOEL por aquella época ya sabéis la papeleta que nos tocó vivir.
Ya sé que aquí no he relatado hechos heroicos, pero es que no siempre sale todo bien.
En el próximo post ya contaré algo más a lo “Miles gloriosus”
Saludos a todos