DEFENSA
1.600 jóvenes de cinco provincias se examinan en la capital vallisoletana para ser soldados
Defensa ha sacado 1.500 plazas para toda España, a las que aspiran 42.425 candidatos
18.08.13 - 19:01 -
Un trabajo seguro, al menos durante los tres años que puede durar el compromiso de permanencia inicial con el Ejército, y la posibilidad de ejercer una profesión que, según el Barómetro del CIS, está cada vez mejor valorada por la sociedad española, son algunos de los argumentos por los que se inclinan los 1.601 jóvenes que estos días se examinan para poder ocupar una plaza como soldado o marinero profesional en las Fuerzas Armadas españolas.
La Subdelegación del Ministerio de Defensa de Valladolid acoge estos días, con la comunidad autónoma abierta por las fiestas patronales del mes de agosto, el proceso de selección para acceder al empleo de soldado o marinero, cabo, cabo Primero y cabo Mayor.
Un puesto de trabajo con una retribución mensual de algo más de mil euros, pero con posibilidades futuras de promocionar en el Ejército en las escalas de suboficiales y oficiales, o de puntuar en los accesos al Cuerpo Nacional de Policía y Guardia Civil. También algunas convocatorias para Policías Locales y empresas de seguridad privada valoran a aquellos candidatos con experiencia militar.
De los 22 centros de selección que el Ministerio de Defensa tiene en toda España, tres están en Castilla y León (Valladolid, Burgos y León). En el caso del de la capital vallisoletana, los aspirantes proceden de Palencia, Zamora, Salamanca, Ávila y Valladolid. En total, 1.601 candidatos, de los cuales 204 son mujeres, se están examinando en Valladolid estos días y hasta el 31 de agosto.
Todos ellos deberán competir con el resto de jóvenes (42.425 en toda España) que pretenden también ingresar en alguna de las 1.500 plazas que se ofertan para el Ejército de Tierra (1.200), la Armada (175) y el Ejército del Aire (125).
«El interés de la convocatoria de este año es consecuencia de que en el 2012 no hubo oferta pública, y de que está claro que muchos de los aspirantes buscan una salida laboral o mejorar la que tienen actualmente», explica el coronel Tomás Alonso, delegado del Ministerio de Defensa en Castilla y León.
Para el acceso a las pruebas, los aspirantes deben de tener cumplidos los 18 años y no superar los 29, así como estar en posesión del título de graduado en la ESO o aquellos que sean equivalentes en el sistema educativo español.
Con anterioridad a estas pruebas, los candidatos presentaron sus méritos académicos y profesionales que pueden puntuar hasta el 10% de la valoración total. El 90% restante deben de obtenerlo a partir del resultado de los exámenes.
Si quieren ingresar se deben de superar también las pruebas físicas y de personalidad. Las primeras comprenden un salto de longitud sin carrera, la realización de abdominales durante un minuto, o una prueba de velocidad de 20 metros. Todas ellas con marcas mínimas a obtener y con diferencias por parte de mujeres y hombres.
El coronel Alonso afirma que las 1.500 plazas que se han sacado este año a nivel nacional responden a «los criterios de necesidades en las Fuerzas Armadas y del gasto presupuestado en cada ejercicio».
No se oculta que la crisis económica ha hecho restringir las vacantes, si se tiene en cuenta que en el 2007 el número de plazas llegó a alcanzar las 24.800.
En esta convocatoria se ha permitido, al igual que en otras ocasiones, que ciudadanos nacidos en 17 países latinoamericanos y en Guinea Ecuatorial puedan participar en la selección para ser miembros de las Fuerzas Armadas. Tan solo en el caso de Perú, los ciudadanos de esta república han tenido que aporta una autorización expresa de su autoridad para poder integrarse en un ejército extranjero.
Motivos de exclusión
Aunque el aspirante pueda reunir todos los requisitos académicos y de edad, la convocatoria publicada en el BOE el pasado mes de junio recoge hasta siete páginas sobre posibles motivos de exclusión.
Desde la altura (la talla debe estar entre los 155 centímetros y los 203), hasta el índice de masa corporal que determina el peso (no se aceptan superiores a 29 ni inferiores a 18).
No obstante, el Ministerio de Defensa no ha establecido un cuadro médico general, ya que algunas de las anomalías físicas que pueda tener el candidato no son determinantes para el destino de la unidad militar a la que se aspira a entrar. Un ejemplo de ello es un trastorno del lenguaje como es la tatamudez, que no será considerada causa de exclusión.
La ley de Tropa y Marinería, aprobada en el 2006 durante el mandato del ministro José Bono, establece que el soldado puede adquirir un compromiso de permanencia de dos a tres años, hasta completar un límite de seis años de servicio. Con posterioridad, el soldado puede pedir un compromiso de larga duración que le permitiría estar en el Ejército hasta los 45 años de edad.
Ventajas para el soldado
El empleo de soldado permite la posibilidad de alojarse en los acuartelamientos, «aunque la mayoría como son jóvenes prefieren residir en un piso de alquiler». Si deciden comer, el Ministerio tiene establecido el abono de siete euros por desayuno, comida y cena.
Respecto a las salidas profesionales, además de la especialización dentro del cuartel, los soldados que tengan cinco años de servicio tienen prioridad de acceso a la Guardia Civil, en cuyas convocatorias se fija al menos el 50% de las plazas para militares profesionales, y para la escala básica del Cuerpo Nacional de Policía, que establece la reserva del 10% de las vacantes.
«Ser tropa profesional es un puente para muchos de los candidatos que tienen una titulación universitaria. A un abogado, un médico o un economista les permitiría ingresar por promoción interna en el cuerpo jurídico, sanitario o de intendencia del Ejército», señala el coronel Alonso.
Según explican los psicólogos militares, durante toda la semana han sido muchos los titulados superiores que se han presentado «Hasta ingenieros de Caminos, criminólogos o licenciados en Empresariales», apostilla un oficial.
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