Por primera vez, tenemos la oportunidad única de seguir a un combatiente del ejército israelí durante 24 horas en la frontera libanesa, en Judea y Samaria (Cisjordania) y en la frontera egipcia.
3 episodios, 3 combatientes en 3 regiones distintas.
Sigue los episodios semanales, en nuestra cuenta de Twitter (@FDIonline) durante las 24 horas y sigue la vida de un soldado, incluyendo no sólo las misiones, las operaciones antiterroristas en el campo, sino también sus sentimientos, sus esperanzas y sus miedos. Al día siguiente tras estos “tweets paso a paso”, podrás encontrar en nuestro sitio
http://www.idfblog.com/spanish la transcripción de esta experiencia y disfrutar de las fotos tomadas por los soldados en el campo.
Programa :
Capítulo I – Frontera libanesa : Las puertas de Hezbollah.
Capítulo II – Judea y Samaria : Contra los terroristas.
Capítulo III – Frontera egipcia : La amenaza invisible.
24 horas con un soldado: Líbano, las puertas de Hezbollah (Cap. I)
La naturaleza se resplandece en las colinas del norte, cerca de la frontera libanesa. Las lluvias del invierno han transformado el paisaje en una verde y floreciente maravilla. En la cima de la carretera, nos encontramos con una compañía del batallón Jerev, una unidad compuesta en su mayoría por soldados drusos y algunos cristianos que está permanentemente instalada a lo largo de la frontera norte. El Líbano está a sólo diez metros de la base donde nuestros soldados sirven y se puede ver claramente las aldeas vecinas. En los días soleados, la vista se extiende hasta el Monte Hermón.
El batallón Jerev conoce bien el campo. “Siempre debemos estar preparados para responder”, dijo el comandante Osama, “Nuestra compañía es valiente y dedica todo su corazón. Nuestra fuerza es nuestro poder”. El peligro es real. Hezbollah está presente todavía en el sur del Líbano y aprovecha la inestabilidad del régimen sirio para fortalecerse y ampliar su arsenal de armas. “Cada uno de mis soldados defiende su propia casa. Vivimos, casi todos, a menos de 30 minutos de aquí. En 2006, los cohetes cayeron también en nuestros pueblos".
Únete, por 24 horas, a los combatientes que se enfrentan día a día con la amenaza terrorista.
01:00 hs – La patrulla nocturna: Para una docena de soldados, el día comienza en la noche. A la una de la mañana, el equipo de la patrulla nocturna se reúne para una sesión de recapitulación. El comandante mira hacia la frontera y sus peligros, y no duda en preguntar y probar a sus soldados. Divide su equipo en tres grupos y emprenden su rumbo.
El viento derribó un árbol sobre la cerca de seguridad y hay que moverlo. Mientras los soldados se preparan para mover el árbol, un jeep al otro lado de la frontera los encandila con una potente luz. Los soldados se alertan, pero mantienen la calma. Reciben un mensaje vía radio que el jeep pertenece a las fuerzas de la ONU, que sospecharon que los soldados trataban de penetrar en territorio libanés. Los soldados llegaron a la carretera e inspeccionaron cada metro de la cerca. “Este paso es muy peligroso aquí”, dijo el comandante de la patrulla, “Estamos en un valle hueco, esta es una posición muy vulnerable. No pasamos mucho por aquí, pero es parte de nuestro camino”.
Se realizará esta gira varias veces hasta que la próxima patrulla llega a las 13:00.
04:00 hs – Sala de operaciones: En cada base, hay una sala que nunca duerme – la sala de operaciones. Toda la información relevante para las fuerzas terrestres, para los observadores y las órdenes para los soldados pasa por aquí. En la sala de operaciones, sólo un soldado está a cargo de la guardia nocturna desde medianoche hasta mediodía. Él debe reaccionar rápidamente a las solicitudes de información que él recibe.
14:00 hs – Entrenamiento: Algunos se levantan temprano para limpiar la base, mientras que otros duermen hasta más tarde. A las 14:00, diferentes grupos se entrenan para una misión de reconocimiento que les espera en los próximos días. Los tanquistas preparan su equipo antes de poner en marcha el motor rumbo a unos ejercicios de maniobra. No muy lejos de ellos, los combatientes de la unidad Jerev alcanzan unos blancos de corta distancia en una sesión de entrenamiento. Por último, una fuerza de reconocimiento está entrenando justo al lado de la base – una docena de soldados y un soldado de la unidad canina. El perro es el primero en el campo para verificar que no hay dispositivos explosivos en el camino. El comandante de las tropas les recuerda los diferentes tipos de riesgos y la manera de responder ante ellos. Todo el mundo es consciente de que la próxima vez, no será un ejercicio.
17:30 hs – Todos de guardia: Esta es la torre de guardia de Adam. Él está en el puesto en la entrada de la base. El anochecer llega y sopla el viento.
20:30 hs – Últimas instrucciones antes de la misión: A las 20:30, todos los soldados ya han comido. La armonía no podría estar mejor entre los soldados – no dejan de esbozarse carcajadas. Nadie se olvida agradecerle al cocinero que prepara comida para sesenta soldados todos los días. Ahora es la hora de reunir las fuerzas y prepararse para la misión de reconocimiento. Todos los representantes están allí porque hay que coordinar la misión, cada uno aporta su punto de vista y su experiencia. El comandante no duda en presionar a cada uno de sus soldados. Pregunta tras pregunta, se asegura de que todos los soldados saben todas sus responsabilidades. No hay margen para el error.
Entonces, Adam regresa de la guardia y va directamente a su cuarto para descansar. Todo el edificio es una especie de búnker grande. A la vez en el interior del edificio, es imposible calcular la hora porque no hay ventanas. Los soldados de los cuartos vecinos lo visitan y quieren saber cómo fue su guardia. Antes de hablar con nosotros, Adam llama a uno de sus hermanos que no lo ha visto por más de un mes. Después de la llamada, Adam nos cuenta: “Somos tres. Todos en el mismo batallón”.
“Al principio, solo uno de nosotros tenía que servir como combatiente. El Departamento de Recursos Humanos nos dijo que el segundo podría servir como no-combatiente y el tercero sería exento del servicio. Fue muy claro que todos íbamos a luchar para llegar al batallón Jerev”.
Adam nunca se arrepintió de su decisión. Él aprovecha cada día en el ejército. “Desde que era niño, siempre he soñado con ser un oficial”. Aún más, el idioma más hablado por los soldados en el batallón druso es el árabe y el hebreo es el idioma usado durante las reuniones militares.“También, hablamos en hebreo con los soldados de otras unidades que vienen aquí. Los tanquistas, la inteligencia. Nos reímos con todo el mundo y nunca hubo problemas ni un comentario sobre nuestros orígenes o nuestro idioma”.
Cuando él regresa a casa, si tiene suerte, se reúne con sus hermanos y su padre, quien es un soldado de carrera. “Normalmente, dejo mis cosas y me voy directamente a visitar a mis amigos, es decir, los que están allí. El viernes por la noche, todo el mundo se encuentra en el bar del pueblo, ‘Mifgash HaHaverim’ (encuentro de los amigos). Es infalible. Alrededor de la narguila, me divierto con mis amigos, jugando al billar, al PlayStation o sólo viendo un buen partido de fútbol. Me hubiese gustado seguir practicando el judo, pero no tengo tiempo por el ejército. Puedo empezar de nuevo cuando me libere. El país es mi prioridad”.
23:00 hs – Se apagan las luces: La determinación y la tranquilidad de Adam son fácilmente percibidas. Él sinceramente espera que el ejército le ofrezca la oportunidad de seguir una carrera militar. Lo único que es cierto es que las FDI estarán en buenas manos si este es el caso.
To be continued......