Sobre este asunto, oficialmente las dos Coreas siguen en guerra. Aunque firmaron un armisticio en 1953 tras tres años de conflicto armado, no llegaron a un acuerdo oficial de paz. Por lo tanto, técnicamente las dos Coreas siguen en guerra...en una guerra fría, que de vez en cuando pasa a enfrentamientos de hecho. La pregunta es, ¿puede el último ataque de Corea del Norte sobre una isla surcoreana -en aguas disputadas- llevar a un nuevo conflicto armado que se perpetúe en el tiempo? La experiencia histórica demuestra que no (aparentemente).
Pyongyang ha asegurado que las “provocaciones” de Corea del Sur han puesto “al borde de la guerra” a ambos países. Según su versión, los primeros que dispararon fueron los surcoreanos. Y Seúl ha dicho que responderá “de forma severa” a las provocaciones de Corea del Norte. El Ejército de Pyongyang, lanzó decenas de proyectiles contra la isla surcoreana de Yeonpyeong, situada en aguas disputadas por ambos países. Seúl ha reconocido después que antes de eso estaba realizando pruebas militares.
El propio Barack Obama, máximo aliado del Gobierno surcoreano de Lee Myung-bak, ha dicho que el último ataque que ha causado la muerte de cuatro surcoreanos –incluidos dos civiles- es “una provocación más de una serie de ellas en los últimos meses”.
Corea del Norte probó este verano misiles, incluido uno que aparentemente podría alcanzar EEUU, y antes hundieron el buque buque surcoreano Cheonán en el que murieron 46 soldados. El régimen de Pyongyang sigue negando ser el culpable, pero un informe de un comité de observadores internacionales confirmó su culpa.
Clase Cheonan.
Minisubmarino clase Song-o al que todos apuntan como el autor del torpedo.
Imágenes del hundimiento
Puede que la tensión de ahora no valla a más. La pelota ahora está en el tejado norcoreano. “Si Corea del Norte no mueve ficha, las cosas quedarán como siempre. Ya ha hecho lo que creía que tenía que hacer, que era responder a una invasión de las que considera sus aguas”.
Carrera nuclear frente a calidad militar
El Ejército norcoreano cuenta con más de un millón de soldados frente a 655.000 militares de Corea del Sur y 28.500 de EEUU. Además, Corea del Norte supone una amenaza constante por su arsenal nuclear. De hecho, el pasado fin de semana se conoció la existencia de un complejo secreto para el enriquecimiento de uranio.
Pero el Ejército de Corea del Sur y EEUU, aunque menor en cantidad es mayor en calidad: están mejor equipados y preparados. No en vano se trata de la primera potencia mundial del mundo haciendo negocios con la cuarta economía más importante en Asia.
Así permanecen más o menos igualados ambos bandos, que conocen bien los peligros de pasar al ataque. Por eso durante los últimos 60 años siempre han evitado que los enfrentamientos puntuales pasen a mayores.
El guardaespaldas EEUU y Corea del Sur planean para este domingo unas maniobras militares en respuesta al ataque norcoreano sobre la isla. Se trata de un movimiento para demostrar su fuerza y disuadir a Pyongyang de insistir en sus ataques. Japón también ha mostrado su disponibilidad para intervenir si se desata un enfrentamiento militar mayor.
Las maniobras militares son una respuesta habitual de EEUU y Corea del Sur cuando hay una escalada de la tensión en la península dividida del Pacífico. Tras el hundimiento del Cheonán hicieron lo mismo, Pyongyang contestó que se anduvieran con ojo y al final las aguas volvieron a su cauce.
Muerte de civiles.
La alarma se ha incrementado al saber que los proyectiles de Corea del Norte también han matado a dos civiles, pero no es la primera vez. Ni siquiera volvió la guerra cuando un ataque en 1987 contra un avión comercial surcoreano quitó la vida a las 115 personas que viajaban a bordo o cuando cuatro años antes un atentado en un hotel de Myanmar mató a buena parte del Ejecutivo de Seúl.
El apoyo de China ya no es lo que era.
Pekín siempre ha sido el hermano mayor de Corea del Norte, a quien ha apoyado en su imposición del régimen comunista. Sin embargo, ya no se muestra tan incondicionalmente unido a Pyongyang, entre otras cosas, por su creciente interés en cerrar acuerdos económicos con EEUU.
De hecho, en esta última ocasión el ministerio de Exteriores chino se ha limitado a manifestar su “preocupación” por la situación y a urgir a una reunión entre las dos Coreas con la presencia de EEUU, Japón y Rusia. Más aún, se ha comprometido con EEUU a mantener la paz y la estabilidad en la región y promover la desnuclearización de la península de Corea. Si el régimen de Kim Jong-il se queda sin el apoyo de China para un conflicto armado, su fuerza se reduce notablemente.
La Fortaleza de la dictadura esta entredicho desde hace años se especula con el mal estado de salud del dictador Kim Jong-il, que tiene actualmente 68 años, algo que niega la información oficial. Pero lo cierto es que recientemente el dictador Kim Jong-il presentó al heredero de la particular monarquía comunista que preside cuando nunca antes se le había visto en público, su hijo veinteañero y sin experiencia militar Kim Jong-un. Por eso el último ataque norcoreano podría ser una mera advertencia de que siguen siendo fuertes.
Así lo ve Seúl, “En esta ocasión se han juntado el motivo doméstico con el internacional. El mensaje es el mismo, solo que más agresivo porque además de reafirmarse ante EEUU, Corea del Norte necesita mostrar a su ciudadanía y a los militares quién ejerce el control”.
Saludos.
P.D: Esperemos que no vaya a mayores.