Articulo de como es la situacion de las tropas destinadas en las bases avanzadas, que por cierto no hay una, hay dos, una que se abrio en octubre en un paso de montaña y la que se abrio en abril, que por cierto parece que ya ha tenido fiesta de bienvenida por parte de los talibanes:(fuente el mundo)
Ésa es una de las novedades del
reciente incremento de los efectivos
españoles en Afganistán. Ahora
los soldados no sólo se concentran
en grandes bases militares
–como Herat y Qala-e-Now–, sino
que también están desplegados en
«bases de operaciones avanzadas
», destaca el coronel Miguel
Martín Bernardi, responsable del
contingente español en Badghis.
Según dice, el objetivo es «proteger
a la población garantizando la
libertad de movimientos». En otras
palabras, asegurar que la gente
pueda desplazarse por la provincia
sin ataques de la insurgencia.
Esas bases a las que se refiere el
coronel –España ahora tiene dos
en Badghis– son campamentos espartanos
en medio de la nada, en
los que los militares están como si
se encontraran en maniobra permanente.
En el campamento que
se sitúa cerca de Sang Atesh no se
permite la entrada a la prensa, pero
desde el exterior se puede ver
perfectamente en qué condiciones
se encuentran las tropas.
Sólo hay unas cuantas alambradas
que delimitan el perímetro de
la base, sacos de tierra y montículos
que sirven como barrera, además
de los blindados españoles,
que se encuentran todos alineados,
en posición de ataque, apuntando
a las montañas que rodean
el campamento. También se ven
tiendas de campaña, trincheras
puras y duras, y a todos los militares
con casco y chaleco. No es para
menos.
El teniente del Ejército afgano
–que tiene otro campamento justo
delante del español– Ashur
Mohammad asegura que, desde
que el 12 de abril llegaron allí
con los españoles, ya los han atacado
cuatro veces. Y, además, no
con poco. «RPG, ametralladoras
y kalashnikov», enumera el mando
militar el armamento utilizado
por los insurgentes. «Al menos
los españoles tienen blindados y
sacos para protegerse», se lamenta,
y admite que ellos dependen
totalmente de las fuerzas españolas.
Dice que les dan combustible
para sus vehículos y que
también deciden adónde van, cómo
y cuándo. «Si los españoles
patrullan dos veces al día, nosotros
patrullamos dos veces. Si lo
hacen una vez, nosotros patrullamos
una vez».
En eso consiste el cometido de
los efectivos españoles: en patrullar
por zonas clave, explica el coronel
Bernardi, y hacerlo siempre
con las Fuerzas de Seguridad afganas.
Las dos bases de operaciones
avanzadas españolas se encuentran
a pie de las dos principales
carreteras de la provincia.
El campamento de Sang Atesh
está al lado de la peligrosa ruta
Lithium –donde murió el último
militar del Ejército español en Afganistán,
John Felipe Romero–,
que une el sur de Badghis con el
norte. Y el otro se sitúa en el paso
de montaña de Sabzak, en la carretera
que va de Qala-e-Now a la
capital de la provincia vecina, Herat,
que es el principal núcleo de
abastecimiento de Badghis.
En Sabzak los españoles están
allí desde octubre, pues se aprovechó
el refuerzo de efectivos enviados
para las elecciones presidenciales
para construir el campamento,
dado que la situación ya era insostenible.
La insurgencia se había hecho
con el control del paso demontaña
y por allí no había quien pasara.
En Sabzak es donde los efectivos
españoles fueron atacados el
pasado septiembre dos días consecutivos;
combates que provocaron
que incluso la ministra de Defensa,
Carme Chacón, tuviera que pronunciarse
al respecto.
En el paso de montaña, el atrezo
es similar. Los militares españoles
también se encuentran en
tiendas de campaña y cuentan
con alambradas, sacos terreros y
poco más, pero con el agravante
de que Sabzak está a más de
2.000 metros de altura, y los españoles
han pasado allí todo el invierno,
con nieve y temperaturas
bajo cero.
No obstante, su presencia ha dado
resultados. Se pregunte a quien
se pregunte en Qala-e-Now, todo
el mundo contesta que la seguridad
en la carretera que va a Herat
ahora es buena. Faheradin, que
coordina a unos 150 conductores
locales que hacen esa ruta, sostiene
que desde hace seis meses no
tienen ningún problema, y lo
achaca a la presencia de tropas internacionales.
«No sé de qué país
son, pero me parece que americanas
», comenta. No es el único que
no tiene ni idea de que los que están
allí son los españoles.
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