Resulta que no hace mucho tiempo, estando prestando servicio con uniformidad de campaña, aprovechando mi paso por un acuartelamiento militar en el que se estaba celebrando un acto castrense, quise observar la ceremonia que allí se estaba realizando, y fui invitado a hacerlo con la única condición de acudir con la uniformidad establecida para el evento, es decir traje de gala. Más que nada para no faltar al respeto al resto de concurrentes.
Como evidentemente no tenía intención de acudir a base a cambiar mi uniformidad, opté por agradecer la invitación y continuar ruta. No es plan llevar la contraria a quien establece las normas y mucho menos en día de celebración.
Pero no, hay ciudadanos, curiosamente quien por imperativo legal dice representar a nuestras queridas Fuerzas Armadas, que ha decidido que ya llegó el momento de plantar cara a las instituciones, a las tradiciones y a la educación.
Excelentísima Señora Ministra, con el debido respeto y subordinación ¡Se ha lucido vuecencia!
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/01/0 ... 65193.html