Recientemente he tenido el inmenso honor de participar como instructor en la Semana Táctica Solidaria STS celebrada a primero de este mes de julio de 2015 en la localidad de Algeciras (Cádiz). Y hablando con alumnos e instructores te das cuenta de muchas cosas, entre ellas algunos detalles que quizás en el momento no son provistos del valor oportuno pero que se te quedan en la neurona en forma de “run run” que martillea e insiste. En este caso, uno de esos detalles fue lo que denominan “escanear o chequear” la zona. Y ¿por qué? Pues porque yo lo llamo de forma diferente y lo ejecuto de forma diferente a muchos de los que me rodean, y ahí empiezan las preguntas, los comentarios, las opiniones,……..mi “run run». El caso es que me veo obligado a exponeros esta nueva manía (o extravagancia) mía.
Definir el término correcto. Vamos a hacer una especie de exposición de a lo que me refiero. Suponer que avanzamos por una calle tras un aviso de alerta en nuestra radio, un par de metros al lado y un paso atrás va nuestro compañero. De improviso aparece nuestro agresor y reaccionamos extrayendo nuestra arma y hacemos fuego, puesto que la situación legalmente lo requiere, con el resultado satisfactorio de “malo 0, buenos 1”.
Entonces comienza ese movimiento que muchos han automatizado y ejecutan directamente sin saber muy bien por qué lo hacen, o qué deben hacer, o cómo; esa especie de danza propia de un “Tai-Chi táctico” que simplemente se realiza (según la mayoría de las respuestas dadas) para “salir del túnel”.
Vamos por partes. Lo primero es buscar el término correcto, siempre en mi humilde opinión.
-Escanear. Según el DRAE es la acción de pasar por el escáner, siendo un “escáner” aquel dispositivo que explora un espacio o imagen, y los traduce en señales eléctricas para su procesamiento (1ª acepción del DRAE), o bien aquel aparato que por medio de diversos métodos de exploración……. produce una representación visual de secciones del cuerpo (2ª acepción del DRAE). En mi opinión, “escanear” no es lo que yo hago.
-Chequear. Según el DRAE es examinar, controlar, cotejar, comprobar. Y según el DRAE, examinar es investigar, escudriñar con diligencia y cuidado algo, controlar es ejercer el control, cotejar es confrontar algo con otra u otras cosas, y comprobar es verificar, confirmar la veracidad o exactitud de algo. Siempre en mi humilde opinión, alguna definición sí podrá emplearse, pero seguro que hay alguna mejor.
Así que realmente ¿qué es lo que yo hago cuando finalizo un enfrentamiento? Particularmente yo busco otra amenaza y valoro si lo que voy viendo puede considerarse amenaza, riesgo potencial, etc. Así entreno y así lo transmito.
……mmmmm…. ”buscar y evaluar”. Sí, eso es lo que yo hago: BUSCAR Y EVALUAR. Busco a alguien o algo y luego estimo, aprecio, calculo el grado de riesgo que me puede aportar, etc. (evalúo). Buscar y evaluar.
¿Para qué buscar y evaluar? Ya tengo el término que a MÍ, especialmente a MÍ más me gusta. Ahora en qué consiste esta acción, porque no se trata simplemente de mover la cabeza a un lado y otro como veo habitualmente. Llegamos al ¿cómo lo hace Nube Negra, al ¿para qué? y al ¿por qué?
Esta acción la realizaremos siempre cuando aparentemente haya finalizado el enfrentamiento con el agresor o agresores, por lo tanto esa acción de “buscar y evaluar” debe ir orientada a (1º) buscar alguna amenaza en la zona más cercana a donde me encuentro y luego en las adyacentes. Además facilita:
2º Volver a ser consciente de lo que nos rodea. Sí, también salir de la “visión de túnel”, etc.
3º Comprobar la seguridad relativa del entorno y de los (y de lo) que me rodean.
Y 4º Comprobar fugazmente el arma.
Al buscar puedo localizar cualquier amenaza oculta en el área más inmediata a la posición que ocupo. Cualquier persona/objeto es observado y automáticamente evaluado como amenaza/no amenaza igual que si fuera un transpondedor amigo/enemigo. Eso es parte del consabido ciclo OODA.
Movimientos en la búsqueda y movimientos del arma. Lo malo de entrenar siempre en galerías y campos de tiro (convencionales, despejados y sin obstáculos) es la limitación que estos imponen a los movimientos del profesional armado, que debe estar entrenando para sobrevivir y no para practicar el tiro olímpico. Por este motivo entre otros, lo habitual en la mayoría de los entrenamientos es precisamente colocar el seguro y guardar el arma con más o menos tranquilidad; lo enseñado hasta ahora.
Acabamos de ver la necesidad de introducir una búsqueda y evaluación del entorno para confirmar la seguridad del mismo. Por lo tanto debemos incorporar esa actitud como acción previa a dar por finalizado el enfrentamiento y guardar nuestra arma: disparos, amenaza incapacitada, buscar y evaluar, comprobar arma, comprobar adversario incapacitado y guardar arma. Prefiero esa secuencia.
De este modo, tras ver a nuestro adversario aparentemente fuera de combate nuestro dedo abandona el disparador y se sitúa sobre el armazón del arma (nunca sobre el arco del guardamontes); seguimos en el combate. Recomiendo respirar. Sí, parecerá raro esto que acabo de decir pero durante el tiempo que ha durado el enfrentamiento apuesto a que lo más que has llegado a dar han sido un par de resoplidos rápidos y has aguantado el tirón. Párate y respira, introduce oxígeno en tu cuerpo para alimentarlo y para iniciar esa devolución a “nuestro mundo”.
Ahora comenzamos la secuencia de búsqueda y evaluación. Hemos acompañado con nuestro arma (disparando incluso) al agresor hasta el suelo, lo hemos visto dejar de ser una amenaza, hemos respirado. Ahora hacemos nuestro “barrido” por el escenario que nos rodea. Bajamos un poco el arma hasta ver bien al agresor incapacitado, lo observamos, parece que no es amenaza ya. Hacemos una pasada rápida con el arma extendida (brazos extendidos) mirando el área inmediata al agresor inerte y entonces YO repliego el arma al pecho para buscar lentamente a mí alrededor (mis 360°). Compruebo visualmente el arma y repito búsqueda ampliando esos 360° a una esfera (ahora lo vemos).
La pregunta del millón es ¿a qué velocidad hago esa búsqueda? Es como cuando me preguntan ¿a qué velocidad hay que disparar?
La respuesta a la segunda pregunta es sencilla: a la que te permite impactar en la amenaza que tienes enfrente. Por lo tanto cuál será la respuesta a la primera: pues aquella que me permitirá apreciar detalles y evaluarlos como amigo/enemigo; ni más ni menos. Si lo hago rápido veo y aprecio pocos detalles, si lo hago lento empleo demasiado tiempo y puedo ser alcanzado por el “amigo del finado” que no detecté por ser demasiado lento (o rápido). Adaptación a lo que me rodea. Un ejemplo sencillo, pensemos: ¿Cuánto tiempo empleo para buscar y evaluar en el interior de un pasillo tras incapacitar a un agresor donde solo está él al final de ese pasillo de 5 metros y cuánto tiempo emplearé para hacer lo mismo en una calle?
Observar al contrario. Es la primera acción tras alcanzarlo con nuestros disparos y me sirve para clasificarlo como “no amenaza” y poder iniciar mi secuencia de búsqueda y evaluación. Pero ojo, agresor en el suelo es diferente de amenaza incapacitada. En un enfrentamiento yo puedo caerme al suelo y lo mismo ocurre con el contrario. Nuestro sistema defensivo natural nos juega malas pasadas y nos hace agacharnos para “escurrir el bulto” como una medida primaria de autoprotección.
Observar al contrario es la primera acción de buscar y evaluar. Sirve para ver que ha sido alcanzado (visualmente), sirve para ver si los impactos lo han llevado a una situación en la que deja de ser una amenaza (ojo, incluso herido nos pueden seguir agrediendo) aunque hay que hacer otra confirmación posterior.
Que esté quieto en el suelo, incluso en un charco de sangre, no indica que este totalmente fuera de combate. Hay que observarlo, por eso bajo el arma un poco y así puedo verlo completo.
360° y el concepto de esfera. Veamos, yo veo el escenario en el que me muevo de una forma diferente a cómo lo ven otros, según puedo apreciar al escucharos. Yo empleo el concepto de esfera, no el de los 360°.
360° a mí me hace pensar en mí alrededor; la esfera me hace extender el concepto a lo que hay bajo mis pies (alcantarillado, sótanos, orificios de aireación bajo mi nivel de visión, etc.), a lo que hay a la altura del nivel de mi vista y a lo hay por encima de él (pisos superiores, tejados, árboles, etc.). Es como si hubiera varios niveles, supongo que me explico y que se me entiende.
Teniendo ese concepto, la esfera, procedo comprobar siempre desde mi posición hacia las zonas alejadas del perímetro que me rodea. Lo hago haciendo barridos en forma de arco en los que procuro “ver” (diferente de “mirar”) lo que hay delante de mí inicialmente, luego busco en zonas posteriores a mi posición de forma rápida antes de regresar al frente. Esos son los 360°, la comprobación inicial rápida.
Ahora amplío ese sector observado en profundidad y repito detrás en profundidad también. Evito perder el tiempo con zonas amplias y despejadas: por ejemplo si a mi derecha está el espacio vacío de un descampado sin vegetación ni objetos y a la izquierda la linde de un bosque le prestaré más atención a esta y casi nada a la otra. Esos son los 360° de la comprobación siguiente más lenta.
Una vez confirmo estos sectores elevo la visión si hay alturas que me rodean (algo normal en entorno urbano) si algo no me ha llamado la atención antes en las alturas, o en los niveles inferiores. Ahora estamos en la esfera.
Y tengo presente que mis ojos y mi cabeza pueden estar haciendo barridos a mí alrededor y cambiar a observaciones superiores o inferiores si algo me llama la atención.
Posición plegada y posición extendida. Son las posiciones del arma estándar para realizar esa búsqueda y evaluación, al menos las que yo conozco, practico y enseño. Soy partidario (y así lo transmito) de emplear sistemas que sean compatibles en trabajos con armas cortas y largas porque creo que simplifica en aprendizaje.
Básicamente (habrá más) conozco y muestro dos posiciones corporales y del arma desde las cuales hacer esa búsqueda y evaluación: arma extendida o arma plegada; posiciones para arma corta extrapolables al arma larga. En la primera de ellas, los brazos quedan extendidos al frente en todo momento con el arma en las manos todavía presentada, nada se ha movido en la sujeción de esta tras eliminar la amenaza. La búsqueda y evaluación se realiza con el cuerpo (torso) imitando la torre de un carro de combate, moviendo brazos y arma solidarios a los hombros y la cabeza en la dirección en la que se observa. Obviamente tiene ventajas e inconvenientes.
En posiciones plegadas retraigo el arma hacia el pecho, pudiendo dejar el arma totalmente vertical, inclinarla lateralmente un poco, o adoptar posición SUL. Tienen sus ventajas e inconvenientes.
Sobre el uso de una posición extendida (siempre en mi opinión), la experiencia me ha enseñado que los grupos musculares corporales funcionan a diferentes velocidades y que quizás sea la mejor posición para el empleo con el arma larga, pero no con arma corta. ¿Por qué lo digo? Pues porque siempre me encuentro con gente que mira a un lado con su arma (corta) dirigida al otro, o terminando de describir el arco de la búsqueda. Y es cuestión de velocidad, pero no de manos, cabeza y cuerpo, es de los ojos.
Los músculos que controlan los ojos se mueven a mayor velocidad que el resto de músculos corporales y son involuntarios, por lo cual, cualquier cosa que entre en el campo de visión y llame su atención va a hacer que estos se dirijan hacia él y abandonen el arma; y esta se incorpora luego a esa orientación. Eso es un retardo desventajoso.
Podemos añadir que en el caso de aparición de amenaza en sentido opuesto al que se encuentra dirigida el arma (y la cabeza) va a requerir un amplio desplazamiento en arco del arma para dirigirse hacia ella: eso es tiempo de respuesta. Yo suelo emplear esta posición extendida para hacer la búsqueda inicial en los 360° que rodean mi posición y la del “ex-agresor”.
Sobre la posición plegada que YO empleo, decir que lo que hago es flexionar los codos de modo natural para acercar el arma a la altura de los pectorales, con lo cual queda dentro de mi campo de visión (zona inferior de mi “zona de manipulación”, para ser más exactos). ¿Qué consigo con ello?
-Tengo mi arma en una zona donde la puedo proteger con movimientos de mi cuerpo si se me intenta arrebatar.
-Durante todos los movimientos de búsqueda permanece en una posición central, lo que implica recorrer menos distancia para dirigirla a una nueva amenaza en un lateral.
-Los movimientos para la búsqueda de la cabeza hacen que la parte superior del torso tenga tendencia a llevar esos movimientos de giro. Se produce un pequeño balanceo desde las caderas a los hombros, por lo cual el arma tiene una ligera pre-orientación hacia donde se está mirando, no está estática en el medio del sector de observación.
-Al estar en la parte inferior de mi “zona de manipulación” me permite hacer una comprobación visual rápida del arma tras una búsqueda y evaluación inicial del área para confirmar que la recámara está cerrada, que no hay interrupción chimenea, etc. En eso se tarda décimas de segundo. Y si hay algo raro…….TRB o recarga…….muy poco tiempo.
Esta posición mía no requiere deshacer el empuñamiento correcto. Tan solo retraigo el arma desde la posición extendida al pecho y le doy un ligero giro a mi lado izquierdo. El arma sigue perfectamente empuñada bajo el rostro. Se ve en las imágenes.
Esta posición es la que adopto para realizar la segunda búsqueda, más lenta, dentro de la esfera.
Otra alternativa es plegar dejando vertical (requiere aflojar las manos y una de ellas se separa un poco de la culata del arma o separar uno de los codos para mantener empuñamiento), o pasar a SUL (la hago a veces para buscar a mi espalda). Ventajas e inconvenientes igualmente.
Visión de túnel. En un enfrentamiento armado se alcanzan serios niveles de estrés, nuestro cuerpo dispara pulsaciones. Cuando entramos en “modo supervivencia” nuestros ojos se fijan en la amenaza, nuestro campo de visión se estrecha (el túnel). Además el cristalino se aplana y se da la circunstancia de que sólo vemos la amenaza, no lo que hay alrededor aunque haya más cosas que impliquen riesgo.
De este modo, al inicio del enfrentamiento nos orientamos hacia el agresor, quizás fijamos nuestros ojos en algo de él que nos llame la atención, no escucharemos nuestros disparos (“modo supervivencia” activado, recordemos) pero veremos como al final de un tubo nuestra amenaza cae al suelo mientras mantenemos los disparos: “malo 0, buenos 1”. Pero quizás haya más.
Quizás no se inicie la secuencia de inmediato, pero sí tras unos segundos. Lo importante es hacerla para cumplir ese segundo objetivo de buscar y evaluar: mecanizar acciones de búsqueda y evaluación tras el enfrentamiento nos ayuda a abandonar esa visión de túnel y nos devuelve a “nuestro mundo”. De este modo volvemos a ser conscientes de lo que nos rodea, de nuestra seguridad, ¿hay otra amenaza?, ¿estamos ilesos o no?, ¿y mi compañero?……
Para eso sirve también buscar y evaluar.
Como final. Olvidemos los “bailes tácticos” y el hacer las cosas porque otros las hacen; YouTube ha hecho bien pero también mucho daño. Yo recomiendo esta secuencia:
Disparos → amenaza incapacitada → buscar y evaluar → comprobar arma → comprobar adversario incapacitado → guardar arma.
Y si nos comprobamos a nosotros mismos después de comprobar la seguridad del entorno, no añadimos de más. Hay que tener en cuenta que nuestro “modo supervivencia” implica que nuestro cuerpo actúe en una manera que a veces no controlamos. Podemos estar heridos sin saberlo. No está de más comprobarse a si mismo.
A practicar, camaradas.
Autor: Nube_Negra/ Don Arturo.
Don Arturo es el autor del libro Orientación sobre Protección de Buques.
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