Una de Combate Urbano.
Cuando ya se tenía una base decente de CQB, se procedía hacer lo propio de noche con gafas de visión nocturna.
Para los que lo hayáis vivido en vuestras carnes sabréis que al principio los batacazos son de escándalo, pues se pierde
parte de la percepción y parece que todo está un metro más lejos, hasta que te acostumbras es normal caerse por las escaleras o tropezar.
Tras progresar por edificios luego pasabamos al alcantarillado, allí se cerraban todos los accesos quedando en oscuridad absoluta
haciendo necesario el uso del infrarojo, ya que con los intensificadores apenas veias nada. El laberinto era de narices, y cuando creias que te los sabías, cambiaban los obstáculos y te perdias de nuevo.
Imprescindible estar en todo momento en contacto con el compañero, avanzabamos haciendo el "gusano" tocando el hombro del de delante y sujetando el chopo con la otra.
Luego venía la pista de silencio, que era la pista de obstáculos pero sin hacer ningun ruido. La cosa era complicada en los tramos que había grava, porque podías tardar media hora en cruzar 5m. Aquí primaba la paciencia, con paciencia es fácil conseguir sigilo.
Si el sargento oía cualquier ruido, te marcabas unas flexiones en el charco y a empezar desde cero.
Estuvimos casi toda la noche para pasar los obstáculos. Yo las pasé canutas en el tramo de alcatarilla estrecha porque no cabía.
y tuve que quitarme el peco e irlo empujando con el chopo por delante de mi.
A penas entraba mi pecho, avanzaba empujandome con las puntas de los dedos con los brazos estirados y con la puntera del pie.
Fue agonico. Por un momento pensé que me quedaba allí atrapado, es en ese momento donde la enterza mental de cada uno debe obligar a tu cuerpo a relajarse y seguir adelante. Al final llegué a un sótano que estaba inundado, lo averigué de casualidad al oir un goteo, alguien había caido al agua antes que yo y estaba dejando un rastro humedo.
Aqui hice filigranas para descolgar el peco y el chopo sin que se mojasen.
Saqué medio cuerpo y me giré boca arriba. Usé la luz del reloj para iluminar un poco y vi tuberías en el techo.
Salvado. Me agarré a una y a lo tarzan me medio puse el peco. Ya iba a salir del sotano totalmente seco cuando me dicen:
"Vuelve para dentro y sal andando sin hacer ruido"
Había que mojarse por narices. Me descuelgo lentamente de la tubería y me meto en las aguas fecales hasta la cintura, avanzando despacito para no hacer ruido chapoteando. Me vino bien el frio en los genitales para reactivar mi mente.
Subo los escalones y veo a toda mi patrulla en posición junto al muro, bajo la luz de la luna se veia a varios chorreando y tiritando, luchando por no hacer ruido por los temblores y tener que empezar de nuevo.
Todo iba bien, ya solo faltaba uno y nos ibamos al saco.
Y sucedió.
Siempre hay un caraja, ya puede ser la unidad que sea que siempre tendrá su caraja de dotación o si no su caraja del momento.
Pero éste lejía era caraja permanete.
Del fondo del sótano inundado llegó un estampido que nos sobresaltó a todos.
"¡¡Pero que $%&ª a pasado ahí!!" gritó el sargento
"Que se me ha disparado el cetme mi sargento"
¿como $%&ª había hecho ese tío para meter un fogonazo dentro de una tubería? (llevabamos un cargador con fogueo que se me ha olvidado)
El teniente dijo" estan todos los demás, se acabó el ejercicio, subid al camión" eran las 5 y pico de la madrugada
Luego el teniente se acercó al legía caraja y le dijo:
"¿ves el riachuelo? quiero que le dejes a tu binomio el cetme, y luego vas a cruzarlo reptando"
El tio se empapó hasta las cejas, y todo su equipo tambien pues no lo tenía bien estanco.
Cuando volvió hecho una sopa el teniente le devolvió el cetme
"estás helado, para entrar en calor vuelve a paso ligero"
Creo que llegó zombi a la hora del desayuno.