Un saludo colegas, cuidao con las setas que como os equivoqueis con una ya no os equivocais mas.
La boina 4
Total que me encuentro dando zarpazos, intentando ponerme de pie en
una poza de cieno. Este tramo de cienos tiene entre 50 y 100 metros
de largo. Aparte de asqueroso es agobiante porque no hay quien de dos
pasos seguidos sin caerse aparte de las veces que tienes que buscar las
botas porque se quedan dentro del cieno. Cada 7 u 8 metros hay una
pequeña rampa por donde baja una lamina de agua. En una de estas rampas
me tumbé boca arriba, me limpie con el agua la cara y me quedé allí
tumbado medio cuerpo en el cieno del siguiente tramo y medio en la rampa.
Aqui estuve 10 o 15 minutos contemplando el cielo que estaba lleno
de estrellas hablando solo con la casiopea, la osa mayor y la polar.
Se escuchaba de fondo un gran estruendo como de manadas galopando.
Miraba hacia atras a ver si venia alguien pero nadie asi que seguí
avanzando por el cieno hasta el final. Los ultimos tramos le cojí un
poco el rollo y no me caia tanto. Al final hay un veterano en una
pequeña zona abierta sin muros que no se que me dijo de perfume pero
no le hice ni puto caso. Aqui el cauce de este rio se estrecha a poco
mas de tres metros. Me dice que continue por la pared de la derecha
y que me agarre con $%&/ que está la cosa chunga. Agarrado a la roca
que es como un queso gruller llena de agujeros voy entrando en lo que
comprendí era el estruendo que se escuchaba, un rio que a mi me pareció
directamente el Tajo. A medida que entras la corriente es mas grande y
el agua va subiendo de nivel. En un momento dado tengo el agua al cuello
pero con los pies de puntillas en el fondo y la corriente exagerada que
no podia avanzar. Por mas que lo intentaba no podia, la corriente era
muy fuerte y yo no tenia fuerzas para seguir. Aqui me entró una depresión
de caballo. Al final despues de aguantar la tralla de cuatro meses del
padul no lo iba a superar. Empecé a pensar que seria el unico que no lo
conseguiria y me imaginaba a toda la compañia alegres y contentos con
su boina menos yo. Agarrado como una lapa a las rocas me pegué una panzada
a llorar de lastima que no me importa ni reconocerlo.
Menos mal que el destino, compinchado con los mandos solo me estaba
apretando un poco mas la tuerca pero me cambiaria en cuestion de minutos.
....Continuará
