Asalto a batería de costa
Bien, en primer lugar decir para los expertos que fue en el año 94, se trataba de un golpe de mano a las baterías de costa de Tarifa, eran las del cuartel de Paloma alta, o Máspalomas o Tarifa alta, algo por el estilo, lo siento pero se me olvidan esas cosas.
La misión de la Patcom bien sencilla, infiltración en Heli, pasar la noche y el día siguiente en una base patrulla, atacar de madrugada y largarse en Heli al amanecer desde la playa.
Hasta aquí sobre el plano todo sencillo, había que neutralizar las baterías de costa para facilitar el desembarco y paso de navíos por el estrecho. Pero el problema residía en como neutralizar los gigantescos cañones. Para los que no lo sepan, los cañones de estas baterías eran grandes como tramos de alcantarilla, cabe un hombre agachado dentro.
Así que suponía un reto neutralizar semejante armatoste gigante de metal.
Eliminar al personal no era suficiente, ya que en breve podía ser reemplazado de cuarteles cercanos.
Conseguimos planos de la pieza y encontramos un posible talón de Aquiles, el sistema de dirección y tiro, si éramos capaces de bloquearlo los cañones no podrían moverse y redirigir sus disparos sobre la flota aliada.
Al final el equipo de demoliciones tras un día devanándonos la sesera encontramos el modo de hacerlo.
Como el material a romper era altamente resistente nos inspiramos en técnicas para reventar blindados, que es de material parecido al de la batería.
Opción final: Una carga hueca

(los expertos sabréis de que hablo, el resto lo siento)
Con bloques de metal fabricamos un artefacto con imanes adosados simulando la ojiva de un misil anti-carro, en resumidas cuentas el efecto sería parecido a lanzar un pepinazo a quemarropa

. Luego se rellenó de PG2 la carga con doble mecha y doble encendido (mas vale prevenir).
Llegó la noche de la infiltración, los tres superpumas recogieron a la Patcom en las afueras del IV tercio, al final se decidió reforzarla con un equipo más de asalto (8 hombres extra) debido a que el equipo de demoliciones se debía dedicar en exclusiva a los cañones y necesitarían protección adicional durante el sabotaje.
El vuelo fue infernal, aparecieron los famosos vientos de Tarifa, que seguro que son una delicia para el windsurf, pero nosotros nos cagamos en los pantalones siendo bamboleados de un lado a otro como hormigas en un bote (es la vez que más miedo he pasado en Heli, casi nos la pegamos

) Luego este factor jugo a nuestro favor, ya que las defensas no pensaron que nadie sería tan suicida como para volar con un viento brutal, y se dedicaron a vigilar las playas esperando un ataque por mar (aunque el oleaje también se las traía, que lo vimos desde la costa)
Bajamos de los helis asustados, mareados y algunos vomitando por séptima vez. Hubo que esperar varios minutos porque entre el mareo y el fuerte viento que levantaba una mini tormenta de arena no había manera de orientarse. Finalmente tras la pateada hallamos una buena base patrulla, entre pinos con cómodas dunas de arena, los que hayáis estado en tarifa sabréis que es un paisaje fantastico.
Durante la pateada la equipación personal se repartió entre todos para aliviar la carga de explosivos y metal del equipo de demoliciones. No fueron muchos kilómetros pero entre la arena, el viento y el peso extra se hicieron más duros de lo esperado (si, ya se lo de no se quejará de fatiga, pero no veas como jode andar por la playa de noche en medio de una ventisca)
Noche del asalto. Llegamos a la alambrada, por llamarlo algo ya que la echamos debajo de una patada, todos los equipos se repartieron. Delta 1 y 2 (demoliciones) preparados con los artefactos explosivos, Alfa 1 y 2 vigilando el culo de Delta. Equipos Bravo 1 y 2 limpieza de baterías. Equipo Charlie de apoyo con maquinas y tiradores debían matar a todo lo que se moviese alrededor.
Primeros centinelas eliminados en las puertas de las baterías pasándolos por el filo

, perfecto, casi nos hemos metido hasta la cocina y nadie nos ha visto.
Dentro de la baterías caen todos a la vez por los equipos bravo, todo el personal defensor estaba apiñado en una habitación.
“Aquí Bravo, todo limpio, adelante Deltas”
Corremos como posesos con las mochilas de combate cargando con los explosivos, los compañeros nos guían por los estrechos pasos, casi vamos a ciegas.
Entramos en la sala y vemos una gran pieza metálica, le adosamos la carga imantada y le añadimos cinta americana por si acaso. Encendemos los mecheros y comprobaos que la mecha prende.
“Vale, está bien, quitar eso que si no luego esto apesta a pólvora”
Miramos detrás y allí había varios oficiales observando, uno de ellos nuestro comandante que sonreía de oreja a oreja junto a un Tecol que no sonreía tanto.
Objetivo neutralizado, ahora la misión es salir pitando.
Delta y Bravo nos unificamos ya en un solo equipo de combate, a partir de aquí nos moveremos todos a la par.
Dan la voz de alarma, ya es tarde, la mitad estamos saliendo por la verja. Los pocos defensores que salen lo hacen en tropel por la misma puerta y son blanco fácil para el equipo Charlie.
Tras una buena carrera llegamos a la base de patrulla y recogemos nuestras mochilas, el binomio que se quedó de enlace con la radio nos dice que los helis están en camino y que para nuestra suerte la zona de recogida es una cala cuatro kilómetros mas cerca.
Ya empieza a clarear, llegamos a la cala en cuestión y esperamos en un pinar cercano.
En pocos minutos van apareciendo vehículos civiles, no me acordaba de que es madrugada del sábado, y evidentemente esto debe de ser un “área de picadero”.
La sorpresa de los paisanos es mayúscula al ver posarse los superpumas en la playa y una veintena de legionarios corriendo por la playa.
Una imagen grabada en mi mente, las playas de Tarifa al amanecer desde un helicóptero, un paisaje precioso.
Bien señores, es la hora de ruegos y preguntas.