Jóvenes, desempleados y con estudios: así son los ‘yihadistas europeos’El Estado Islámico continúa su política de expansión a lo largo de mundo y las datos son realmente impresionante. Desde que Abu Bakr Al Baghdadi proclamó el califato islámico en Siria e Irak, la organización terrorista ha incorporado jóvenes de 86 países a sus filas. Todos ellos presentan un perfil muy similar: gozan de buena educación y pertenecen a familias con buena salud económica, pero han sufrido en sus carnes los estragos de la crisis mundial.
Un informe del Banco Mundial, basado en 22.000 documentos filtrados, muestra los datos básicos (nombre, lugar de nacimientos, nivel educativo, entre otros) de 3.803 aspirantes extranjeros que se sumaron al Estados Islámico entre 2013 y 2014. Según las confesiones ante los líderes terroristas, la mayor parte de los yihadistas se presentaron como personas con estudios secundarios, y un 25% había acudido a la universidad. Sólo el 15% admitió haber dejado la escuela y menos del 2% era analfabeto.
El estudio compara el nivel educativo de los reclutados con la población de sus países de origen. Los muyahidines procedentes de Europa y Asia Central tienen un nivel educativo similar al promedio de sus países, pero los que llegan de Oriente Medio o el norte de África son más educado que la mayoría de los jóvenes de su país.
No obstante los investigadores piden cautela. El rastro dejado por los extremistas al enrolarse en el Estado Islámico podría estar adulterado por la propia organización terrorista. No obstante, los recién llegados tienden a exagerar sus atributos para impresionar a los yihadistas más experimentados.
El informe del Banco Mundial advierte acerca de la relación entre la tasa de desempleo masculino en un país y la posibilidad de unirse a grupos terroristas. Algo que choca con el argumento demográfico esgrimido por Bruselas durante el último año y medio.
Más incentivos
A finales de enero, el Instituto IFO, uno de los think tank más influyentes de Alemania, exigía a las autoridades la eliminación del salario mínimo para aprovechar la crisis de refugiados y lograr mano de obra mucho más barata. En la misma línea se pronunciaba el presidente de Airbus, Tom Enders, que pedía una desregularización similar a la de Estados Unidos: “Parece difícil de imaginar, pero allí se puede ver una exitosa integración de inmigrantes a los que se les deja trabajar en cuanto llegan”.
Pero el presidente de Airbus no se quedó ahí. Aprovechando la crisis de refugiados, Enders pidió eliminar los derechos laborales en Europa tal y como los conocíamos hasta ese momento. Esta repentina preocupación por los inmigrantes no logró, sin embargo, camuflar la evidencia de que las multinacionales como las que él preside serían las grandes beneficiadas de una reforma laboral.
Con el objetivo de respaldar las decisiones de Merkel, el DAX alemán salió en defensa de sus políticas y aseguró que los refugiados serían “un pilar fundamental para el próximo milagro económico alemán”. Las principales figuras del DAX, índice bursátil donde cotizan los 30 consorcios más importantes del país, se subieron al carro pese a los augurios negativos de importantes institutos de investigación económica.
El tiempo no tardó en poner las cosas en su sitio. Hace apenas dos meses, una encuesta de Reuters reflejaba que sólo uno de cada 10.000 refugiados estaban trabajando actualmente en el país. Entre las 30 empresas del DAX, que, recuerden, justificaron la llegada masiva de personas al país, sólo 63 refugiados se encontraban dados de alta a la seguridad social.
Es significativo que de ese cifra, 50 estaban contratados por Deutsche Post DHL, que durante los últimos meses ha puesto en marcha una campaña para emplear a estas personas en la cadena de entrega de paquetes, incluso por delante de los parados alemanes.
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