Un excelente ejemplo a seguir en todos los lugares.
Si la Administración o forma, por desgracia debemos buscarnos las habichuelas.
Lluís, barba 'hipster' y tatuaje en el brazo justo al límite del uniforme, acabó en 'la cueva' por un motivo muy concreto. «Pensé que, cualquier día, la cara que un tipo desfiguró a otro de un botellazo podía ser la mía».
Agente del Àrea de Recursos Operatius (ARRO) de los Mossos d'Esquadra, Lluís -nombre modificado a petición propia- es uno de los que acude con regularidad a la 'Cops Cave' (o 'la caverna', como también la llaman los asiduos), en realidad una nave industrial como cualquier otra entre las decenas que ocupan hectáreas en la zona industrial del Vallès Occidental.
Para entrar en ella sólo hay que cumplir dos requisitos. El primero, localizar la minúscula puerta blanca encalada en una de sus paredes laterales. La segunda, ser agente de policía. Nadie más tiene acceso a un recinto pretendidamente secreto, aunque también localizable si se pregunta en una nave vecina.
Desde hace un año y medio y cada día, de nueve de la mañana y durante diez horas seguidas, lo que a primera vista no es más que un almacén se convierte en una exótica sala de entrenamientos. Un gimnasio semiprofesional en medio de la nada al que, por el momento, acceden habitualmente 150 policías, todos con el mismo objetivo: entrenar para compensar las lagunas que les deja la formación que reciben de sus cuerpos policiales. Los 'flyers' de propaganda que reparten entre compañeros de uniforme lo resume en una sentencia 'sui generis' de Confucio: «Quien escucha, olvida. Quien mira, recuerda, quien practica, aprende».
La gran mayoría de los cavernarios son Mossos d'Esquadra, no en vano tres de los cuatro fundadores son agentes del cuerpo autonómico. Entre quienes pagan los 20 euros mensuales que cuesta mantener las instalaciones -nadie cobra- también se encuentran, no obstante, agentes de la Guardia Urbana de Barcelona, guardias civiles y policías nacionales. Una mezcla de uniformes y especialidades -desde agentes de élite del GEI hasta patrulleros de Ciutat Vella- provocada por una instalación que funciona al margen de las instituciones. Sus creadores no rehúyen el orgullo cuando aseguran que la cueva es un fenómeno «inédito» entre las policías europeas.
Otro ejercicio de entreno en la 'cop's cave' OSCAR ESPINOSA
Su nacimiento, eso sí, vino ocasionado por motivos menos encomiables que el perfeccionamiento de entregados policías. Según sostienen los sindicatos SME y USPAC, el déficit en la formación oficial que reciben los agentes de los Mossos lleva a los policías a buscarse la vida por su cuenta y a poner en marcha proyectos como la 'Cops Cave'.
«¿Qué seguridad va a garantizar al ciudadano un agente que entrena reducciones cuatro horas, una única mañana en un año?», se lamenta uno de los presentes ayer viernes, agente en el Raval de Barcelona y quien, como el resto, pide no ser identificado.
La sala cuenta con una casa donde practicar asaltos y zona de pesos y crossfit. Los cursos de detención avanzada y las reducciones forzosas son, no obstante, la esencia del menú. El caso Benítez, por el que seis mossos irán a juicio por la muerte en 2013 de Juan Andrés Benítez tras ser reducido, sobrevuela perpetuamente el ambiente en la nave industrial. «Se aplicó el protocolo», defienden al ser preguntados. Aunque insisten: «A mayor formación , mayor seguridad. También para el detenido».
http://www.elmundo.es/cataluna/2015/12/ ... b45d1.html
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SLAVA UKRAYINI! HÉROYAM SLAVA!.-