Fuerzas de Elite

The one and only actual campaign Slavonic's mercenaries participated in was a complete debacle: an abortive attempt to regain control of oil fields in Syria's eastern province of Deir ez-Zor. Portraits of Assad and Baathist flags were stuck to Hyundai buses and JMC trucks as the men set off on a 350-mile trek eastward from Latakia across rebel-infiltrated terrain. Signs that their safety wasn't really a paramount concern of their hosts became apparent immediately. Battle-ready T-72 tanks were replaced by older, dilapidated T-62s before the mission began back in Latakia. A Syrian helicopter, evidently mistaking the Russian convoy for enemy action, got itself tangled in power lines and crashed on top of the entire mercenary column albeit, wondrously, without killing anyone. Then, on Oct. 18, the Slavonic Corps fighters met their bathetic Little Bighorn after getting stuck in the town of al-Sukhnah, Homs, where they were surrounded by a contingent of up to 6,000 anti-Assad rebels (a figure almost surely exaggerated). "[N]ot wanting to die in vain for the ideals of the Syrian state," Korotkov writes rather grandly, the Russians "jumped into their vehicles and began to retreat.

Dos contratistas de Blackwater fueron agregados al equipo del US Army encargado de la protección de Paul Bremer, el diplomático estadounidense que desde mayo de 2003 a junio 2004 dirigió Irak como el jefe de la Autoridad Provisional de la Coalición. Uno de los dos contratistas era Frank Gallagher, un ex marine de reconocimiento que en otro tiempo dirigió la seguridad de Henry Kissinger. Cuando el Pentágono decidió subcontratar en agosto de 2003 a Blackwater para encargarse de la protección de Paul Bremer, Frank se convirtió en el líder del destacamento. Siete días más tarde, Blackwater había encontrado 34 antiguos Rangers, Fuerzas Especiales, Marines de Reconocimiento, SEALs y SWATs, prometiéndoles un sueldo de 600 dólares al día.

Un IED (artefacto explosivo improvisado) estalló junto a la ventana del vehículo blindado de Bremer y dañó a un Humvee antes de que los insurgentes abrieran fuego con rifles AK-47. Sin embargo, el convoy logró llegar a un lugar seguro, sin que nadie resultara herido. Esta narración de los hechos es parte de un artículo que Frank Gallagher escribió para la revista Security Driver. En la versión de Prince, sin embargo, se añade esto: Los Helicópteros Little Birds encargados de apoyar al destacamento de protección de Bremer descargaron sus armas contra el enemigo. Gallagher insiste en que no sucedió así. "El incidente fue lo suficientemente emocionante, no hay razón para embellecerlo", dice. Gallagher señala con orgullo que los miembros del destacamento de protección de Bremer no dispararon un solo tiro durante todo el año que protegieron al embajador, algo que el propio Bremer corrobora.