Pues continuamos hablando de saltos y cascos perdidos.
Una vez saltando cerca de Morón, en el que creo que fué el último salto de la bandera en T-19 por puerta, ya que a partir de ahí se hizo siempre por rampa.
Nada más saltar el paracaídas se estiró como es normal, sólo que las hebillas que engachan los cordones del paracaidas con las dos bandas principales golpearon la parte trasera de mi casco y me lo arrancaron de cuajo, y eso que como todos sabréis en los saltos la peña se aprieta tanto el casco que casi no puedes abrir la madíbula.
Tardamos una hora y pico en encontrarlo, estaba medio enterrado en una zona donde había barro. Por cierto también fué el último salto que hicimos con barro en la zona de salto (¿?mantenimiento paracaidas)
Deduje que al ser más alto que lo demás, el paracaidas aún adaptado a mi talla lo mejor posible, me quedaba un poco bajo, así que a partir de ese momento siempre preparé el paracaidas dándole un tirón a las bandas y dejándolo un poco más largo antes del salto.
No sé si esto será recomendable o no, pero ningún jefe de salto me puso pega alguna y jamás volví a sufrir este problema.
Creo que ya lo conté, pero lo más divertido que he visto en un salto fue a mi teniente que olvidó enganchar la alargadera a la mochila, y al soltar los perrillos la susodicha se fué a tomar por.... machacando el por entonces novedoso GPS Magalanes en piezas minúsculas.
Parecía como los dibujos del correcaminos, cuando el coyote cae por un precipicio y se ve al fondo un pequeño Plof!
