El 17 de septiembre de 1970, pretendiendo finalizar la huelga general que los palestinos habían convocado en el pais, el ejército de Jordania desencanó una brutal represión contra los reveldes palestinos que habían buscado refugio en su territorio huyendo de las represalias israelies.

La tragedia se venía fraguando desde hacía tiempo; las dos facciones palestinas que competían por alcanzar la autodeterminación de Palestina frente a los israelies habían convertido Jordania en su centro de operaciones contra el estado judio. La OLP y el FPLP ( Frente para la liberación de Palestina) habían formado un estado dentro de Jordania, llegando a gestiopnar su propio aeropuerto, confeccionar sellos propios o dirigir el tráfico en las carreteras. Esta situación creo un enorme malestar en los sectores más altos de la sociedad jordana, que repercutía en un profundo resentimiento hacia los refugiados palestinos por parte de la élite civil y el ejército jordano.

La resistencia palestina a los ataques jordanos fue desesperada y encarnizada. Dirigida principalmente por el FPLP, cuyas principales bases se encontraban en territorio jordano ( las de la OLP estaban en Libano, aunque contaba con una importante presencia en Jordania), la resistencia palestina duró una semana, y obligó a emplearse a fondo al ejército del entonces soberano de Jordania, Hussein. La represión alcanzó no solo a los combatientes, si no que se cebó en la población civil ( palestina y jordana) por parte de los dos contendientes.

Aquellas terribles jornadas quedaron en la memoria del pueblo palestino como el Septiembre Negro.

El 29 de Noviembre de 1971, un comando terrorista asesina en Egipto al primer ministro jordano, Wasfi Tall. El atentado será reivindicado por un grupo que se hace llamar Septiembre Negro. Tras otros atentados contra intereses jordanos e israelies, el 8 de Mayo de 1972 el mismo grupo secuestra un avión con 105 rehenes y lo hace aterrizar en el aeropuerto de Lod ( actal Aeropuerto Intewrnacional Ben Gurion); la operación de rescate finaliza con dos terroristas y un rehen).

El 5 de septiembre de 1972 ocho terroristas palestinos, pertenecientes a Septiembre Negro, entran en la villa olimpica disfrazados de atletas. No tienen problemas de acceder al recinto, confundidos con una multitud de deportistas. Asaltan las dependencias del equipo israelí y asesinan a Moshe Weinberg, entrenador de lucha libre del equipo. También resulta muerto Josep Romano, levantador de pesas. Nueve atletas son hechos rehenes por los terroristas. Al llegar la policía los terroristas arrojan a la calle el cuerpo de Weinberg.

El comando reivindicaba la liberación de doscientos presos palestinos y un avión.

Tras varios aplazamientos, los terroristas se dirigen al aeropuerto de Munich acompañados de los rehenes ya que la policía alemana había dado garantías de que todas las exigencias de los terroristas serían cumplidas, y podrían huir a Egipto. Todo ello formaba parte de un engaño.

A las 22:35 los dos helicopteros que trasladaban a los terroristas y rehenes toman tierra en el aeropuerto. Inmediatamente la policía, que había tomado posiciones en el aeropuerto, abre fuego contra los terroristas. En la confusión del enfrentamiento, un terrorista arroja una granada contra los rehenes de uno de los helicopteros, matando a cinco rehenes, los otros cuatro rehenes son abatidos por disparos de los terroristas y de la policía. Cinco de los terroristas son abatidos por la policía, mientras otros 3 continuaban disparando atrincherados en la pista. La policía dispara con poca luz a blanco muy alejados y en movimiento.

A las 00:00 Konrad Ahlers, portavoz del gobierno alemán, dice que los terroristas han sido abatidos por la policía y los rehenes están a salvo. Lo cierto es que todos los rehenes han muerto y tres terroristas continuan atrincherados. Seguirá la batalla hasta casi las 2 de la madrugada, cuando dos de los terroristas se entregan al agotar las municiones, huyendo el tercero. Este se entregaría horas más tarde.

Esta operación policial ha quedado marcada, por su desenlace y trancendencia como una de las operaciones policiales más nefastas de la historia.

Apenas se supo de los hechos ocurridos en el aeropuerto Furstenfeldbuck de Munich, el gobierno israelí de la primera ministra Golda Meir ordenó el bombardeo inmediato de aldeas y campos de refugiados de la OLP en Siria y Libano; hubo decenas de muertos entre la población civil.

La OLP trató de desmarcarse inmediatamente de este atentado, aunque luego se solidarizo con los terroristas por considerar que servían a la causa palestina. La mayoría de las naciones árabes expresaron ideas parecidas, y solo Jordania expresó su rechazo más contundente.

El principal lider de Septiembre Negro, Ghasan Kanafani, fue asesinado colocando una bomba en su vehículo. Y como bien ha expresado Zaragoza, pocos de los principales dirigentes del grupo terrorista escaparon a la venganza del MOSAD. En 1973, Septiembre Negro asesina en Sudan a dos diplomáticos estadounidenses y a uno belga; será su última acción conocida. Su misteriosa disolución se ha achacado en parte a los esfuerzos del MOSAD de eliminar a cualquier cabeza visible del grupo, y en parte a presiones de la OLP y el FPLP, que veían en su modo de hacer terrorismo un lastre para conseguir apoyos internacionales para la causa palestina.

Curiosamente, ninguno de los terroristas supervivientes al asalto de la villa olímpica fue llevado nunca ante la justicia. Poco después del episodio de Munich un comando palestino secuestró un avión en el aeropuerto de Frankfurt. Las autoridads alemanas, espantadas todavía por lo ocurrido en los JJOO, ni se plantearon una operación de rescate. Aceptaron sin pensarlo las exigencias de los secuestradores, entre las que estaba la liberación de los tres supervivientes del comando de Munich.