Empieza a ser habitual que en este juego de manifestaciones y contramanifestaciones que se disputa en Madrid en los últimos tiempos, el final de la fiesta sea provocar una carga policial para demostrar "lo malo que es el sistema" y lo fuerte que pega la policía.
lo curioso, sin pretender justificar a nadie, y menos a los "angelitos" de DN (creo que a esos solo hay que darles tiempo para que saquen su verdadera cara), es que los disturbios los provoca siempre la misma chusma antitodo.
Lo malo es que un día pueden encontrar un hueco por el cordón policial, encontrarse ambos grupos, y entonces descubrir que las defensas de la policía duelen menos que un cadenazo en la cabeza...
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