La inteligencia occidental sigue recabando más datos sobre la financiación del grupo terrorista y parece más que evidente que bombardear sus infraestructuras de petróleo no bastará para acabar con todo su entramado financiero que sostiene la guerra yihadista.
A medida que las agencias de inteligencia occidentales recaban cada vez más información sobre el alcance de los métodos de financiación de Daesh, más claro queda que bombardear infraestructuras de petróleo del grupo terrorista no será suficiente para acabar con el entramado financiero que sostiene la guerra yihadista.
La semana pasada, la coalición contra el autodenominado Estado Islámico encabezada por EEUU se congratuló de la muerte del responsable financiero de Daesh, Abu Salah. El lunes, el presidente estadounidense Barack Obama celebró la noticia, asegurando que su desaparición forma parte de un esfuerzo concertado para acabar con el grupo yihadista.
Sin embargo, según una investigación del diario Financial Times sobre la financiación del grupo terrorista y las agencias de inteligencia occidentales consultadas, sin una campaña por tierra será muy difícil impedir que siga financiando sus operaciones y pagando a los más de 30.000 combatientes que forman su estructura militar.
Reservas
Según un miembro de los servicios de inteligencia de la coalición, Daesh posee suficientes reservas y una fuente de ingresos viable con los que podría mantener sus ofensivas militares durante los próximos tres años.
Cuando la coalición comenzó su campaña de bombardeos en octubre de 2014, se calculó que sus finanzas podrían verse afectadas en cuestión de doce meses.
La evaluación del balance de Daesh es totalmente independiente, ya que no sólo se ha utilizado la documentación incautada, sino que se ha entrevistado a excomandantes del grupo terrorista, las autoridades iraquíes y sirias presentes en su territorio y diplomáticos de la coalición.
En el último año, el grupo terrorista ha captado una gran parte de sus ingresos recurriendo a actividades como el saqueo, las confiscaciones, -justificadas a menudo con argumentos religiosos- y los impuestos derivados de la venta del petróleo, su principal fuente de financiación.
Antes de que la coalición empezara a bombardear pozos petrolíferos de Daesh el mes pasado, los terroristas habrían recaudado alrededor de 450 millones de dólares al año de la venta de crudo. En total, ingresa cerca de 900 millones de dólares al año, según el análisis; un 70% de esa cantidad iría destinada a financiar la guerra terrorista.
No obstante, su principal fuerza de lucha, formada principalmente por los combatientes extranjeros que acuden al "califato", tiene un coste anual de entre unos 200 y 250 millones de dólares, lo que pone de manifiesto que los yihadistas pueden permitirse un duro ataque a sus finanzas.
Daesh gasta aproximadamente 20 millones de dólares al mes en pagar a sus principales combatientes; además, destina entre 15 y 20 millones de dólares más a pagar al resto de sus tropas.
Combatientes
Aunque los cálculos de los servicios de inteligencia de la coalición varían, casi todos coinciden en señalar que el núcleo de los combatientes está formado por 30.000 personas; además, hay entre 50.000 y 70.000 individuos divididos entre soldados locales y combatientes a tiempo parcial.
A través del saqueo y las confiscaciones en las ciudades que han tomado en Irak y Siria, los yihadistas han acumulado reservas superiores a un millón de dólares, según los servicios de inteligencia de EEUU y Europa.
Gran parte de los ingresos de los últimos meses proviene de los recursos que a la coalición le resultará más difícil anular sin arriesgar vidas civiles o provocar una catástrofe humanitaria.
Un combatiente extranjero del grupo terrorista recibe un salario base de hasta 150 dólares mensuales, a lo que hay que sumar la parte variable, que suele consistir en un bonus de, como mínimo, 200 dólares por desplazamiento, reparto de los botines de guerra y una asignación para las esposas de los guerrilleros. De media, el salario mensual suele ascender a 800 dólares, según combatientes de Daesh.
Otras áreas prioritarias del gasto de Daesh incluyen su policía, los servicios de inteligencia y los auxiliares que recolectan impuestos y multas su aparato de seguridad interno, como la policía moral, conocida como Hisba, la policía secreta, denominada Amniyat. Según la investigación de Financial Times, el grupo terrorista gasta como mínimo 15 millones de dólares al mes en seguridad interna.
El gasto de la organización ha crecido al aumentar su preocupación por la seguridad interna. Los agentes de la Amniyat operan más allá del territorio del califato, y llegan a Turquía y Jordania. El grupo está invirtiendo en la creación de un sistema de escuchas telefónicas.
Sanidad y educación
Fiel a sus ambiciones de estado, Daesh recauda decenas de miles de millones de dólares todos los meses con los recursos de los territorios que controla en la mitad de Siria y un tercio de la vecina Irak. Pero aunque posee más territorio que algunos países, y aplica impuestos y ofrece algunos servicios a sus "ciudadanos", el presupuesto muestra que sus prioridades siguen siendo las de una organización armada. Daesh ha creado una eficiente máquina de guerra que reparte dinero con generosidad entre los miembros leales al tiempo que exprime a otros.
Según parece, los hospitales, la asistencia sanitaria y la educación en el territorio deDaesh reciben menos de 10 millones de dólares mensuales. Deir Ezzor es una de las provincias mejor administradas de Daesh. Sin embargo, los yihadistas sólo gestionan nueve hospitales en la región, cada uno de ellos con menos de 50 doctores y enfermeras que cobran un máximo de 300 dólares al mes.
El gasto en obras municipales también es limitado, y asciende a unos 10 a 15 millones de dólares mensuales, menos de una quinta parte de sus ingresos totales, según calcula una autoridad de inteligencia de la coalición. Esta estimación se ve apoyada por los documentos.
"Intentan dar entidad al concepto de un califato. Quieren controlar lo que sucede en las escuelas, controlar los hospitales, controlar las mezquitas; cómo viste la gente; cómo se comporta; el sistema judicial. Eso no quiere decir que hayan alcanzado la categoría de estado", sentencia Sir John Sawers, el exjefe del Servicio Secreto de Inteligencia británico, el M16.
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