El 1 de abril de 1975, los estrategas norteamericanos coincidían que la ofensiva norvietnamita sobre Vietnam del Sur era incontenible y que Saigón iba a caer en cuestión de semanas. En consecuencia, se preparó un plan de contingencia, denominado «Viento Frecuente», para la evacuación del personal estadounidense y de aquellos survietnamitas que habían colaborado con Estados Unidos durante la larga guerra que tocaba a su fin, junto a sus familiares más allegados. El 1 de abril se creó el Centro de Control de Evacuación para coordinar esta operación, que se inició mediante convoyes maritimos que partieron de Saigón y Vung Tau. El CCE actuaba bajo los auspicios de la Oficina de la Agregaduria de Defensa, que se había formado en octubre de 1972 para dar apoyo administrativo a las fuerzas survietnamitas. Esta agencia ocupaba el complejo del fenecido Mando de Asistencia Militar en Vietnam en el aeródromo de Tan Son Nhut, desde donde supervisaba la operación, en especial las razones esgrimidas por los candidatos a ser evacuados. En los tres primeros días de la evacuación, el transporte aéreo se utilizó sobre todo en la operación «Babylift», el traslado de huérfanos vietnamitas, que fue asumida por los dos aviones gigantes de Lockheed, el C-141 Star Ufter y el C-5 Galaxy, y por contratistas civiles. Uno de estos vuelos fue memorable: un audaz comandante de World Airways, Kenneth Healy, apoyado por su igualmente audaz presidente, Ed Daly, prepararon un Douglas DC-8 de carga con 54 huérfanos, otros tres niños y 30 adultos, la mayoria sin papeles, tras habérseles negado el permiso debido a que el avión carecía de asientos, cinturones de seguridad y máscaras de oxígeno. Cuando Daly se empeñó en seguir adelante de la forma que fuese, la Embajada norteamericana le negó los alimentos y medios sanitarios necesarios para el vuelo. Daly los costeó de su propio bolsillo y el avión despegó a pesar de las imprecaciones que recibía de la torre: «¡No despegue! ¡No despegue! ¡No está autorizado!». Tras hacer escala en la base japonesa de Yokota para repostar, el avión llegó a Oakland con toda su carga intacta.
(Daly y Healy acababan de protagonizar unos días antes un episodio todavia más increíble, durante la evacuación de Da Nang. Su Boeing 727 era el último avión en partir de la base y hubo de carretear por la pista eludiendo bicicletas y desesperados vietnamitas que no querían quedarse en tierra. El vuelo se realizó con un flap parcialmente desplegado, lo que causó graves problemas de control, y con el tren de aterrizaje desplegado a causa del cuerpo de un soldado vietnamita, que había atropellado al despegar. Cuando el avión llegó a Saigón llevaba abordo 290 personas, incluidas algunas que habían muerto asfixiadas al intentar viajar como fuese en el interior de los alojamientos de los aterrizadores.)
A los cuatro días de iniciado el «Babylift» se desató la tragedia: un C-5 que había llevado obuses de 105 m m para el Ejército survietnamita partió de Tan Son Nhut con 250 huérfanos y 37 miembros de la Oficina de la Agregaduria de Defensa (OAD). Cuando se hallaba a unos 16 km, sobre el mar, un fallo estructural en la compuerta trasera cortó todos los controles de los empenajes caudales. Con gran pericia el capitán Dennis Traynor consiguió virar en redondo, de vuelta hacia Tan Son Nhut, utilizando solamente los alerones y el mando de gases. El avión se preparó para la aproximación, pero a 8 km de la pista cayó en un arrozal. El C-5 se deslizó unos 800 m antes de partirse en cuatro partes: 175 supervivientes lograron salir de los restos y fueron rescatados por helicópteros survietnamitas y de Air America.
A raiz de esta tragedia se suspendieron los vuelos de los C-5 a la espera de una investigación (se sospechó que habia sabotaje) y las operaciones prosiguieron con los C-141 y C-130, además de contratistas civiles. Las embajadas extranjeras fueron evacuadas por sus propios aviones y una multitud de aparatos se unieron al parque de vuelo. Las cosas se complicaron en Tan Son Nhut, en especial cuando las embajadas de Europa del Este comenzaron a preparar su personal para el traslado. La OAD creó un Grupo Especial de Planificación para determinar la prioridad de las evacuaciones y pre- parar las defensas de la base a fin de protegerla de los vietnamitas más desesperados cuando comenzase la evacuación en su «<Proyecto Alamo»). Las azoteas de Saigón se convirtieron en helipuertos improvisados para transportar personal a Tan Son Nhut, y se trazaron rutas de entrada y salida. Se preparó un plan de tráfico aéreo y se organizó el transporte en autobuses. Por entonces, la Task Force 76 de la Armada norteamericana arribó al largo de las costas survietnamitas con tres portaviones y 50 buques en total para cubrir «Viento Frecuente». El 8 de abril fue atacado el palacio del presidente Thieu por un desertor de la Fuerza Aérea survietnamita a bordo de un Northrop F-5 y varias empresas occidentales comenzaron a trasladar a su personal. Por entonces, el esfuerzo aéreo se desperdiciaba en parte debido a las dificultades en la identificación de los refugiados y varios aviones habían abandonado Vietnam de vacío. Las cifras diarias eran bajas, pero se realizaban algunos «vuelos negros» en los que se transportaba personal clave y documentación desde Saigón utilizando métodos encubiertos. Naturalmente, muchos de estos vuelos habían partido desde las instalaciones de Air America, la aerolínea de la CIA.
Se incrementa el puente aéreo
El 21 de abril se abrigaron ciertas esperanzas de negociación al dimitir el presidente Thieu, pero los norvietnamitas estaban ya demasiado cerca de Saigón como para detenerse. El puente aéreo comenzó a transportar cantidades ingentes de personas, con 21 vuelos diarios de los C-141 y una cifra similar de los C-130 cada noche. El 22 de abril el presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos, negó a EE UU el uso de la base aérea de Clark como punto de destino de los evacuados, aunque sí les permitió
el repostaje de los aviones. Ello supuso que éstos debían volar hacia Guam o Wake tras repostar: Prosiguió la evacuación de huérfanos, pues Ed Daly embarcó hasta 470 en dos vuelos que realizó
con un Boeing 727. En la tarde del 25 de abril, un Douglas C-118 aterrizó en Tan Son Nhut sin el conocimiento de la OAD. Partió al día siguiente, con
rumbo a Taiwán, llevando a bordo al presidente Thieu ya sus allegados, una gentileza de la Embajada norteamericana. Por entonces, la carretera de Saigón a Vung Tau había sido cortada por los norvietnamitas, y dos Hércules de la USAF fueron enviados a recoger a los infantes de marina survietnamitas que habían defendido el aeródromo de Vung Tau.
Los acontecimientos de la mañana siguiente crisparon aún más la situación en Saigón, y la OAD se vió envuelta en una situación frenética. Comenzaron a caer cohetes de artillería en la ciudad y en la vecina Cholon, los primeros desde el alto el fuego de 1973. Provocaron un voraz incendio que dejó a mucha gente sin hogar y ello forzó la decisión de concentrar los C-141 en los trayectos Clark-Guam y Clark- Wake, donde su velocidad y autonomía resultaban más valiosas. Otro escuadrón de C-130, mejor preparado para operar bajo el fuego enemigo, fue asignado a Tan Son Nhut. Después del accidente del C-5, los vuelos se habían restringido a 95 personas por Hercules, pero ahora la carga normal solía ser de unas 250. A las 18,06 horas del 28 de abril, tres Cessna A-37 capturados por los norvietnamitas atacaron el aeródromo de Tan Son Nhut y causaron graves daños. El Hercules del capitán Ken Rice, de la 374º TAW, escapó durante el ataque, pero el del teniente Fritz Pingle se adentró hacia el mar perseguido por uno de los A-37. Éste le siguió, pero sin abrir fuego, y hasta que el Hercules no estableció contacto con un Boeing RC-135 en misión de patrulla, Pingle no supo que su perseguidor había roto el contacto.
La OAD se preparó para realizar un vasto es- fuerzo el día 29, con 60 aviones para un total de 10000 personas, y puso a punto las rutas en autobús y helicóptero desae Saigón a Tan Son Nhut. A primera hora llegaron tres Hercules, el primero de los cuales comenzó a embargar fugitivos. El segundo acababa de estacionarse junto al primero, cuando sobre el aeródromo se abatió un intenso bombardeo de cohetes de 122 mm. Uno de éstos cayó bajo el ala del tercer avión, que estaba carreteando y que quedó convertido en una bola de fuego. La tripulación abandonó el Herculés aún vacío. Mientras, el primer avión había acabado de cargar e intentaba despegar en la pista dañada, entre las explosiones de los cohetes. El capitán Arthur Mallano consiguió alzar el vuelo con 260 refugiados a bordo. El Hercules vacío, al mando del capitán Greg Ghase, le siguió al poco rato y se convirtió en el último avión de ala fija norteamericano que partía de Vietnam.
Concluye el puente aéreo
El ataque con cohetes fue extremadamente duro y, a la vista de los daños recibidos por Tan Son Nhut, quedó claro que había concluido el puente aéreo con aparatos de ala fija, pero la aviación survietnamita se empeñó en seguir volando. Dos C-130 despegaron desde pistas de rodadura y un de Havilland Ganada C-7 intentó hacer lo propio con un sólo motor, sólo para acabar en llamas al fondo de la pista. Varios aviones pusieron rumbo a Tailandia, pero dos Douglas A-l y un solitario cañonero Fairchild AG-119 siguieron combatiendo. Un A-l fue derribado, pero durante parte de la mañana el AG-119 continuó en la brecha en torno a los límites
del aeródromo en su intento de contener el avance norvietnamita. Tras repostar y remunicionar volvió al combate, pero a las 0700 fue alcanzado por un mi sil portátil SA- 7 y cayó envuelto en llamas. Sin otra cosa que hacer, gran parte del personal en tierra se había dedicado a contemplar el último y dramático esfuerzo del cañonero. La situación en la OAD se volvía enervante, pues personal survietnamita armado había comenzado a agolparse en el centro de control para exigir su evacuación. El plan de actuación de los helicópteros de Air America, que consistía en trasladar personal de la ciudad al aeródromo, se había venido abajo al quedar inutilizable su base tras un ataque con cohetes. Ello supuso que hubiesen de volar de vez en cuando hasta los buques de la Armada para repostar y que, en vez de depositar el pasaje en la OAD, lo hiciesen en la Embajada norteamericana, lo que complicó su evacuación posterior. Tanto en la OAD como en la Embajada la situación se tornaba desesperada a medida que más y más refugiados intentaban llegar a los centros de control. Unos 840 infantes de marina fueron trasladados en helicópteros Sikorsky CH-53 y Boeing Vertol CH-47 para proteger los dos establecimientos y consiguieron poner orden disparando sobre las cabezas de la multitud en lo que constituyó una última demostración de fuerza.
En torno a Saigón el enemigo había desplegado cañones antiaéreos y misiles SA- 7, de modo que la Armada lanzó sus cazas para proteger a los helicópteros del fuego terrestre y un puesto de mando aerotransportado C-130 se dedicó a controlar el tráfico aéreo. Los Grumman F-14 Tomcat se ocuparon de la cobertura superior de todas estas misiones por si la Fuerza Aérea norvietnamita se decidía a intervenir, pero en la práctica no fueron necesarios. La OAD completó la evacuación esa noche, una vez que el personal de la misma hubo prendido fuego al edificio {con 4 millones de dólares en la caja fuerte). El último CH-53 que alzó el vuelo lo hizo con 90 personas abordo; eran las 00,12 horas del 30 de abril.
A las 03,00 se inició la evacuación definitiva de la Embajada norteamericana, en la que los CH-53 utilizaron como helipuerto el aparcamiento y los CH-46 la azotea, mientras los Vought A- 7 y Grumman A-6 vigilaban la operación; la embajada era o fácilmente distinguible por las piras de documentos que ardían. Los helicópteros en sus idas y venidas hasta los buques que aguardaban, eran tiroteados tanto por los norvietnamitas como por soldados survietnamitas que no estaban conformes con quedarse en tierra (de la evacuación se excluyeron casi en su totalidad los militares survietnamitas de baja graduación y los hombres útiles). Hacía las 04,30 se transmitió el siguiente mensaje: «Este comunicado procede del Presidente de Estados Unidos y debe ser transmitido por el primer helicóptero que entre en contacto con el embajador Martin. Sólo restan 21 vuelos. Sólo deben transportarse estadounidenses. El embajador Martin debe subir al primer helicóptero disponible, que transmitirá el mensaje "Tiger, Tiger, Tiger" una vez ( esté en el aire y de camino hacia la flota.»
A las 04,45, el embajador y sus adjuntos estaban a bordo del Lady Ace 09; el último evacuado partió a las 05,09, y hacia las 07 ,53 el último de los infantes de marina llegaba a la azotea de la embajada 4 al tiempo que la muchedumbre ascendía desesperadamente por el interior del edificio y era retenida, antes de llegar a la última planta y la azotea,
por personal antidisturbios. El jefe de los infantes de marina, el comandante Jim Kean, partió en el último helicóptero y hacia las 08,25 se hallaba ya , a bordo de un buque norteamericano. «Frequent Wind» había concluido. A las 10,24, el nuevo presidente survietnamita, Big Minh, anunciaba la rendición incondicional. La evacuación prosiguió de forma dramática, pues miles de fugitivos se hicieron a la mar en todo tipo de embarcaciones. Muchos de ellos fueron rescatados y transferidos a Cubi Point, en Filipinas, para ser enviados después a EE UU. La Fuerza Aérea survietnamita (FASV) siguió combatiendo durante el 30 de abril desde la base de Binh Thuy. Los A-37 declararon haber destruido carros enemigos en las calles de Saigón antes de poner rumbo hacia Tailandia. Muchos llegaron sanos y salvos, pero otros quedaron cortos de combustible sobre Camboya. Un F-5 consiguió aterrizar en una carretera al este de Tailandia. Los helicópteros de la FASV se dirigieron hacia la Task Force y muchos fueron arrojados por l aborda de los buques para dejar espacio para que apontasen los que seguían. Uno de los últimos fue un Bell UH-1 de Air America que llevaba a bordo al mariscal Nguyen Cao Ky, recientemente destituido del mando de la FASV.
El episodio de la evacuación de Saigón había concluido. Las cifras hablan de la enormidad de la operación y de la organización y del trabajo que la respaldaron: 130000 fugitivos salieron de vietnam, 57 507 de ellos por aire. De los segundos, 50 493 fueron transportados por aviones de ala fija. Unos 7 000 se evacuaron los días 29 y 30 de abril por los helicópteros del USMC, la USAF y Air America. El Mando de Transporte Aéreo Militar realizó 201 salidas con sus C-141 y 174 con los C- 130 durante el mes de abril, apoyado por aviones de compañías civiles. El 29 y el 30 de abril se efectuaron 662 salidas de helicópteros: 82 por diez CH/ HH-53 de la USAF, 556 por 61 CH-46 y CH-53 del USMC, y 24 por cañoneros Bell AH-1J del USMC que actuaron como escoltas. Operando desde el USS Kitty Hawk y el USS Enterprise, la Armada re- gistró 173 salidas de sus A-6, A-7, F-14 y aviones de apoyo, mientras que la USAF en Tailandia rea- lizó 127 misiones con sus A-7, F-4, F-111 y AC-130.
En total, el mes de abril se contaron 19000 salidas entre las operaciones «Viento Frecuente» y «Vida Nueva» (la reasignación de refugiados en Estados Unidos), a las que debe sumarse la cifra desconocida de las realizadas por Air America.
Fuente: Aviones de Guerra. Ed. Planeta de Agostini
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