La forma de operar de esta arma, el STG 44, la primera y origen del concepto de fusil de asalto, era sencillo y eficaz.
El acerrojado estaba a cargo de una pieza separable enganchada al pie del portacierre. El gran espolón integrado en su sector trasero se acoplaba a aquél y mediante un plano oblicuo ascendía al avanzar, bloqueando contra el bastidor, al estilo del que se empleó después en las carabinas soviéticas Simonov.
Al producirse el disparo, con el cerrojo cerrado, el largo pistón que formaba parte del portacierre retrocedía, hasta hacer descender a la pieza intermediaria y así provocar el desbloqueo por diferencia de planos.
Del desarrollo de este legendario fusil de asalto tomó buena nota el creador de1 AK47, pero no empleó el mismo tipo de cierre. Prefirió decantarse por el de cabeza giratoria que a la postre demostró ser mucho más efectivo. A pesar de su carisma y los curiosos avatares históricos que rodearon su creación, el StG 44 tampoco fue la panacea.
Evidentemente constituyó un hito de avanzada de suficiente entidad como para marcar la supremacía de las «wonderwaffen” germanas de la época, pero comparado con el Kalashnikov, gestado tres años más tarde, es más pesado y mucho más caro de producir. Ya durante los años en que se fabricó, el StG 44 era considerado de alto coste y se sugerían cambios radicales para abaratarlo y acelerar su producción. Pero en plena guerra, con tantos frentes abiertos, una cosa era decir y otra llevarla a cabo.
La Maschine Karabiner 42 (W) desarrollada por Walther en 1942, en franca competencia con la que al mismo tiempo se gestaba en Haenel la Maschine Karabiner 42 (H), procede de un diseño de Fritz Walther, retomando los trabajos experimentales que había llevado a cabo a finales de los años 30 sobre un prototipo semiautomático catalogado por entonces como “A 115”. La MK 42 tenía una silueta muy distinta a la del StG 44, estando dotada de un guardamano tubular de chapa estampada que también hacía las veces de cilindro de gases. Dos orificios, practicados en la mitad del cañón, comunicaban el ánima con una tobera que actuaba sobre un pistón de collar utilizando el cañón como eje-guía. Disparaba a block cerrado y estaba provista de cargadores curvos con capacidad para treinta cartuchos del nuevo calibre de potencia intermedia desarrollado por Genschow, de Magdeburgo, el denominado 8 mm. Kurz ó 7,92 x 33 mm. Se estima que se produjeron aproximadamente unos 200 ejemplares en primera instancia para ser probadas por el alto mando alemán. Luego se autorizó la fabricación de 8.000 unidades que fueron distribuidas entre las tropas germanas, pero finalmente la elección recayó sobre el modelo desarrollado por la factoría HaeneL
Posteriormente el sistema de gases de la MK 42 fue utilizado por los técnicos checoslovacos pare desarrollar la carabina Semiautomática Vz 52/57.
De fotos y demás se encargaran Warrior y Joseph Stern.
