En 2005, los talibanes casi aniquilan a un equipo SEAL entero en Afganistán. Marcus Luttrell fue el único superviviente. Después Hollywood llamó a su puerta.
Durante una noche de junio de 2005, un equipo de 4 SEAL fueron insertados en el Hindu Kush afgano. Así empezaba la operación Red Wings, una misión de reconocimiento para localizar al comandante Talibán Ahmad Shah, responsable de la muerte de muchos soldados americanos. La misión se complicó cuando fueron descubiertos por un cabrero, momento en el que afrontaron un dilema moral: o dejarle huir, comprometiendo así su misión y la vida del equipo, o matarle, lo que supondría un crimen de guerra y seguir con la misión. Eligieron dejarle huir y en cuestión de una hora el equipo SEAL fue emboscado por docenas de Talibanes. El Teniente Michael Murphy resultó muerto mientras pedía refuerzos por radio así como los otros SEAL Matthew Axelson y Danny Dietz. Un helicóptero de rescate acudió pero fue derribado por los Talibanes muriendo sus trece ocupantes. Al final sólo el SEAL Marcus Luttrell sobrevivió a esta odisea gravemente herido y sufriendo delirio por la sed y el agotamiento. Finalmente fue encontrado por unos afganos amistosos que le dieron refugio y defendieron de los Talibanes hasta que fue rescatado por el ejército americano.