El Ejército Argentino realizó a finales del 2006 ejercicios militares anfibios en la costa del Río Paraná, a pocos kilometros de la ciudad de Gualeguaychú. Zona del conflicto con Uruguay por el tema de las fábricas de celulosas. Al Ejercicio se lo llamó “Paraná 4 – Reconquista de Buenos Aires”.
El mismo consistió en un desembarco anfibio que es parte de una operación ofensiva denominada "ataque a través de un curso de agua" que implica conquistar objetivos próximos a la orilla que permitan asegurar una cabeza de puente.
Por la cantidad de medios y personal participantes, lo hacen el más importante ejercicio de franqueo que se haya desarrollado en los últimos veinte años con un un total aproximado de 2500 hombres, con efectivos de la Aviación de Ejército, fuerzas especiales, paracaidistas, especialistas en monte y blindados.
Dicen las malas lenguas que todo esto fué hecho para hacer una demostración de fuerza con nuestro país vecino.









De un artículo periodístico:
"Colón - Pasadas las 23:00 del jueves -ya viernes en el Uruguay-, dos raros estallidos sobresaltaron a Colón, Paysandú, la zona del Puente Internacional, las colonias, hasta San José y Liebig. Incluso denunciaron la rotura de vidrios y temblores de paredes en la vecina ciudad uruguaya, donde al principio especularon con una explosión de gas subterránea, un sismo o algún siniestro en un barco del puerto. La incertidumbre movilizó a la Prefectura, Bomberos y la Policía de ese país.Muchas horas después dijeron que eran “maniobras militares” argentinas cerca del río Uruguay, en un momento de la relación en que “el horno no está para bollos“. ¿Pero realmente fue eso?.
Ante el silencio oficial por aquí, primero las fuerzas uruguayas empezaron a informar que habían sido “prácticas del Ejército Argentino (…), con detonaciones debidamente controladas“. Recién este viernes salió un oficial del Batallón de Ingenieros Blindados 2 de Concepción del Uruguay, quien resaltó que estaban “anunciadas con anterioridad” y eran “absolutamente habituales“. Según precisó, tuvieron lugar en un campo del Ejército ubicado en San Joaquín de Miraflores, en el límite de los departamentos Uruguay y Colón, pegado a la costa del río.Más allá del entrenamiento militar de rutina -con estallidos enormes a plena medianoche-, nuestro Ejército no puede desconocer el clima de tensión política entre ambos países por el conflicto de las papeleras, por eso como mínimo debería ser consciente de no alimentar el fuego.Ya el verano pasado los uruguayos hablaron del movimiento de tropas argentinas hacia la frontera y de una “posible invasión“, lo que evidencia una preocupación obsesiva. El aire se recalentó con los cortes de ruta, las batallas jurídicas en el Mercosur y el Tribunal Internacional de La Haya. Incluso ahora están flotando los anuncios de corte y protestas para el fin de semana venidero (3, 4 y 5), cuando el Uruguay sea sede de la Cumbre Iberoamericana de Presidentes, lo cual ya le quita el sueño a las fuerzas de seguridad orientales.