Dos policías mueren en NY al ser atacados por un agresor mientras se encontraban en su auto patrulla
Q. E. P.D. Compañeros
http://www.eldiario.es/politica/policias-mueren-tiroteados-Nueva-York_0_337366262.htmlMunifex escribió:
Dos agentes de la Policía de Nueva York murieron tras ser tiroteados por un hombre que luego se quitó la vida y que horas antes del ataque había adelantado su intención de actuar en respuesta a la muerte violenta de varios afroamericanos a manos de las fuerzas del orden.
Los dos policías -Rafael Ramos y Wenjian Liu- se encontraban en el interior de su vehículo en el cruce de las avenidas Myrtle y Tompkins en el barrio de Bedford-Stuyvesent, en el distrito de Brooklyn, cuando el hombre se acercó y abrió fuego. "Fueron tiroteados y asesinados sin aviso ni provocación. Fueron simplemente asesinados. Atacados por su uniforme", señaló en una conferencia de prensa el jefe del Departamento de Policía de Nueva York, William Bratton.
Rafael Ramos y Wenjian Liu. AFP
El pistolero, identificado como Ismaaiyl Brinsley, caminó hasta el automóvil y disparó varias veces a través de la ventanilla delantera. Los disparos alcanzaron a los agentes en la cabeza, según Bratton. "No pudieron sacar sus armas. Probablemente, ni siquiera vieron a su asesino", añadió. Los dos agentes fueron trasladados al hospital Woodhull, donde fallecieron, convirtiéndose en los primeros policías muertos por disparos en Nueva York desde 2011.
Ramos, de 40 años y origen latino, estaba casado y tenía un hijo, mientras que Liu había contraído matrimonio hace solo dos meses, señalaron las autoridades. El atacante huyó de la escena y entró en una estación de metro cercana perseguido por otros agentes, donde se suicidó con un tiro en la cabeza en pleno andén.
Tres horas antes de actuar, Brinsley publicó en su perfil de la red social Instagram -Dontrunup, ya deshabilitada- dos fotografías en las que podía verse entre otras cosas una pistola junto a mensajes dando a entender su intención de asesinar a dos policías a modo de venganza.
Imagen de una de las publicaciones de la cuenta del presunto asesino.
"Ellos matan a uno de los nuestros... Vamos a matar a dos de los suyos", señalaba uno de los mensajes, acompañado por las etiquetas #shootthepolice ("dispara a la Policía", en español) y #RIPEricGarner y #RIPMikeBrown, en referencia a dos recientes casos de violencia policial contra ciudadanos negros. Brisnley, de 28 años, avisaba en Instagram de que ese podía ser su último mensaje.
La condena de Obama
El presidente de EEUU, Barack Obama, ha condenado "incondicionalmente" este hecho. "Yo incondicionalmente condeno el asesinato de dos oficiales de policía en Nueva York. Dos hombres valientes que no regresaron a casa esta noche para encontrarse con sus seres queridos por un hecho para el que no hay justificación", expresó en un comunicado.
Y añadió: "Le pido a la gente que rechace la violencia y se pase a las palabras que sanan".
Había herido a su ex novia en Baltimore
El individuo había herido gravemente de bala en la madrugada del sábado a su ex novia en Baltimore, en el estado de Maryland, a más de 300 kilómetros de Nueva York, según las autoridades.
Bill de Blasio. EFE
La Policía de esa ciudad notificó al resto de fuerzas una alerta de búsqueda y captura que llegó al Departamento de Policía de Nueva York prácticamente en el mismo momento en el que Brinsley disparaba a los policías en Brooklyn, indicó Bratton.
El comisionado explicó que por el momento no se tienen indicios de que el hombre estuviese relacionado con ningún grupo terrorista, mientras que varios medios relacionan al sospechoso con una pandilla conocida como Black Guerrilla Family.
"Parte de nuestra investigación será determinar en lo posible cuál era su motivación", dijo Bratton.
El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, compareció junto al jefe de Policía en el hospital donde fallecieron los agentes y destacó que el ataque va contra todos los neoyorquinos y aquello que valoran. De Blasio exhortó además a los ciudadanos a avisar a la Policía en cuanto vean amenazas colgadas en internet o cualquier otra indicación de un posible acto criminal.
Precisamente el alcalde ha sido criticado en las últimas semanas por miembros de las fuerzas del orden a causa de su supuesta simpatía hacia las protestas celebradas en la ciudad contra la violencia policial, en especial a raíz de la decisión de un gran jurado de no imputar al agente que en julio mató con una llave de inmovilización prohibida al afroamericano Eric Garner. De Blasio subrayó que no es momento de hacer análisis políticos, sino de arropar a las familias de los policías fallecidos.
El líder negro Al Sharpton, que la semana pasada lideró una gran manifestación en Washington por las muertes de afroamericanos a manos de la Policía, condenó en un comunicado el ataque y el uso del nombre de Garner por parte del responsable.
La presidenta del Concejo municipal, Melissa Mark-Viverito, se declaró "horrorizada" por el ataque y pidió "tolerancia cero para cualquier acto de violencia contra los agentes de Policía".
http://www.elmundo.es/internacional/201 ... 1419152622S.T.T.L., compañeros.
alvarocnp escribió:
DEP.
La importancia de un vehículo blindado como patrulla.
Gluntz escribió:
Munifex escribió:
'Las manos manchadas de sangre'
El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, ha manifestado que los dos agentes fueron "fusilados, al estilo de una ejecución". A pesar de las duras palabras, todas las iras del colectivo de policías se dirigen al alcalde demócrata de la Gran Manzana, al que acusan de no unirse a los agentes en la protestas de repulsa por el asesinato de sus dos compañeros. De hecho, varios oficiales dieron la espalda De Blasio cuando llegó al hospital de Brooklyn, donde ingresaron a los policías tras el tiroteo.
Pero fue el presidente del sindicato Patrolman's Benevolent Association quien tuvo las palabras más duras para el alcalde. "Hay sangre en muchas manos esta noche", dijo el presidente de dicha asociación Patrick Lynch.
"Esa sangre en las manos comienza en la escalinata del Ayuntamiento, en la oficina del alcalde."
http://www.elmundo.es/internacional/201 ... b457a.htmlEnviar a Tuenti Enviar a Eskup
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“Las manos del alcalde gotean con nuestra sangre. Por primera vez en años, somos un departamento en guerra. Actuaremos en consecuencia”. La declaración de hostilidades de los sindicatos de la policía de Nueva York tras la muerte el sábado de dos agentes tiroteados en plena calle en Brooklyn tiene un destinatario: el alcalde, el demócrata Bill de Blasio. El enfrentamiento con los representantes de los 35.000 agentes de la ciudad, en un momento de gran tensión por las protestas contra la violencia policial, es la crisis más grave a la que se ha enfrentado el regidor en su primer año en el cargo.
“Hay sangre en muchas manos. Comienza en la oficina del alcalde y llega hasta los que incitaban a la violencia en la calle en las manifestaciones. No se puede tolerar”, proclamó Patrick Lynch, presidente de la Patrolman’s Benevolent Association (PBA), el principal sindicato. Como gesto de rabia, todos los agentes presentes en el hospital de Brooklyn que atendió a las víctimas el sábado dieron ostensiblemente la espalda a De Blasio cuando llegó al centro. El vídeo circula por las redes sociales y deja patente la difícil situación del alcalde. Gobernar Nueva York con la inquina del mayor cuerpo policial de Estados Unidos es tarea imposible.
Una nota a favor de una huelga de celo circula entre los agentes. En ella se ordena no hacer arrestos salvo que sea necesario. Tanto la PBA como la segunda mayor central, la Sergeants Benevolent Association (SBA), negaron ser sus autores. Lo que sí ha solicitado la PBA a sus afiliados es que, en caso de muerte de algunos de ellos en acto de servicio, el alcalde no acuda al funeral. Los sindicatos policiales de Nueva York tienen fama de duros, pero los gestos de desprecio hacia el alcalde no tienen precedentes.
De Blasio, que este domingo acudió a una misa en la catedral de Nueva York en la que recibió palabras de apoyo del arzobispo Timothy Dolan, no ha querido responder a los sindicatos por respeto, dijo, a las víctimas y sus familias. “Este es un crimen contra todos nosotros que ataca el corazón de lo que nos es más querido, nuestra democracia”, dijo el sábado.
La mortal emboscada, que ha recibido la condena del presidente, Barack Obama, y del fiscal general de EE UU, Eric Holder, conmocionó a la ciudadanía. Se produjo en plena calle, en una zona comercial y sin que los agentes, Wenjian Liu y Rafael Ramos, pudieran defenderse. El autor, el afroamericano Ismaaiyl Brinsley, de 28 años, huyó a una estación de metro, donde se quitó la vida con el mismo arma. Además de un amplio historial delictivo, Brinsley padecía trastornos psiquiátricos, según informaron este domingo fuentes policiales.
Las relaciones entre De Blasio y los sindicatos son malas desde el primer día que accedió al cargo y anunció su intención de introducir reformas en el cuerpo
El hijo de 13 años del oficial Ramos, Jaden, publicó este domingo en su perfil de Facebook un emocionante mensaje: “Este es el peor día de mi vida. Hoy he tenido que decir adiós a mi padre. Él siempre estaba ahí, era el mejor padre que podía pedir. Es horrible que alguien sea tiroteado solo por ser un oficial de policía. Todos dicen que odian a los policías, pero luego son ellos lo que piden su ayuda”.
La familia de Ramos hizo después un llamamiento público a la "unidad" y la "convivencia pacífica". Para este domingo está prevista una vigila en memoria de los agentes en el lugar en que fueron asesinados. Eric Adams, presidente del barrio de Brooklyn, se acercó por la mañana al lugar, donde se habían colocado velas y flores. “El alcalde no está manchado de sangre. Quien tenía sangre en sus manos es el que mató a los agentes”, declaró. Adams defendió reformas en el cuerpo de policía.
Los asesinatos han golpeado a la ciudad en un momento muy delicado. A las protestas se sumó el fin de semana pasado un suceso que irritó mucho a los sindicatos. Dos oficiales fueron agredidos en el puente de Brooklyn durante una manifestación. La policía se ha lanzado a la caza y captura de los atacantes. Para ello ha distribuido fotos y vídeos para recabar la colaboración ciudadana. Los arrestos se están produciendo.
Las relaciones entre De Blasio y los sindicatos son malas desde el primer día que accedió al cargo y anunció su intención de introducir reformas en el cuerpo. Consideran que el alcalde ha alimentado una mala imagen de su trabajo, que no les ha apoyado lo suficiente, que ha impulsado las protestas en las que se tildaba a la policía de asesina y que ha coqueteado en exceso con grupos agitadores como la National Action Network del reverendo afroamericano de Harlem, Al Sharpton. Todo ello agravado por discusiones laborales para renovar el contrato de los agentes, una de las principales causas del distanciamiento.
El hecho de que el alcalde esté casado con una mujer afroamericana, Chirlane McCray, con la que tiene dos hijos, complica cualquier polémica que toque el tema racial. El penúltimo choque con los sindicatos se produjo cuando el alcalde, al criticar la decisión del gran jurado de Staten Island que exculpó al oficial Daniel Pantaleo de la muerte de Eric Garner, explicó que habían tenido miedo en ocasiones de que su hijo Dante se topara con la policía alguna noche de ocio. Aunque el regidor intentó matizar sus palabras, los sindicatos se sintieron agraviados. “Nos ha dejado a los pies de los caballos, como si fuéramos una policía a la que hay que temer”, denunciaron sus portavoces.
La muerte de los dos agentes en Brooklyn supone, además, un golpe brutal para la política policial seguida hasta ahora por De Blasio. El político demócrata llegó al poder con la promesa de una ciudad más segura, más unida y más respetuosa con los derechos civiles. Para ello ha puesto fin al stop-and-frisk (detener y registrar a la gente simplemente por su aspecto), ha eliminado los arrestos por posesión de pequeñas cantidades de cannabis, ha programado cursos formativos para 22.000 agentes, ha implantado cámaras que grabarán la actuación de los policías, ha transformado la academia policial y ha tomado medidas para sacar de las comisarías y de las cárceles a miles de enfermos mentales. Como resultado, las quejas contra la policía se han reducido un 10% este año.
El resultado ha sido una reducción histórica de la criminalidad (300 asesinatos en lo que va de año, un récord positivo) que ha quedado aplastada por la tensión del caso Garner y la rabia de unos sindicatos que le han declarado la guerra, nostálgicos de los últimos 20 años de alcaldes conservadores durante los cuales han disfrutado de un gran poder intimidatorio.
El pasado mes de agosto, la Sergeants Benevolent Association, lanzó un duro ataque contra el alcalde cuando, en una carta pública dirigida al Comité Nacional del Partido Demócrata, se opuso a la celebración en Nueva York de la Convención Demócrata que debe elegir candidato presidencial en 2016. El motivo utilizado por el presidente del sindicato, Edward D. Mullins, es que la ciudad “ha vuelto a los tiempos de elevada delincuencia y espacios públicos peligrosos". "La convención demócrata debe buscar otro sitio. El alcalde De Blasio no se ha ganado el derecho a ser el anfitrión”, sentenció.
En esos días, el caso Garner estaba en plena ebullición. “No fue la llave de estrangulamiento lo que mató a Garner, sino la retórica antipolicial. Es una falta de respeto a la ley el trato injusto que los agentes están recibiendo por parte de agitadores raciales, políticos y funcionarios”, declaró Patrick J. Lynch, presidente de la Patrolmen’s Benevolent Association. El destinatario, claro, era De Blasio.
http://internacional.elpais.com/interna ... 71859.htmlEl patriota escribió:
http://www.liveleak.com/view?i=128_1419187038Vídeo en el que se puede ver instantes después del asesinato de los dos Policías del NYPD.
-- He intentado varias veces poner el vídeo para visualizarlo directamente pero no lo he conseguido.
Munifex escribió:
Un desconocido Bill de Blasio solo necesitó 750.000 votos en noviembre de 2013 para ser alcalde de 8,4 millones de habitantes. Ahora, la inquina de apenas 35.000 agentes amenaza con poner fin a su carrera. Esos 750.000 sufragios supusieron el 73% de las papeletas. Los 35.000 profesionales son el 100% del mayor y más difícil cuerpo de policía de Estados Unidos. Nueva York no se puede gobernar sin el apoyo de su pequeño ejército azul. El primer alcalde demócrata en 25 años ha tardado 12 meses, los que lleva en el cargo, en comprobarlo.
Hace un par de semanas, De Blasio era la estrella emergente del partido demócrata. Aupado por una ciudad en la que afroamericanos e hispanos ya son mayoría, su gestión de la crisis del ébola y de las protestas por el caso Garner le elevaron a cotas insospechadas. En la reforma migratoria se puso al frente de una coalición de alcaldes, se fotografió con el presidente Barack Obama y acudió como político de la semana al programa de George Stephanopoulos en la ABC. Los elogios abundaban. Chris Smith, del New York Magazine, escribió: “No sugiero que el caso Garner sea algo positivo para nadie. Pero de Blasio está creciendo por cómo lo ha manejado. Los buenos políticos son los que saben ver el momento y aprovechar sus oportunidades”.
Una semana después, De Blasio es un boxeador grogui. Estos días multiplica los gestos de homenaje a los policías muertos para intentar restablecer puentes con el departamento. El funeral por el agente Rafael Ramos —asesinado hace unos días— del sábado será la primera prueba de fuego. Pero no la única.
Para salvarse no le basta su éxito en la reducción de la criminalidad (300 asesinatos este año, un récord), ni sus reformas progresistas aprobadas sin oposición (carné de identidad), ni el apoyo a inmigrantes y desfavorecidos (ayuda legal a menores sin papeles, ampliación del salario por enfermedad o comida gratis para escolares), ni sus planes de crecimiento sostenible (reducción de las víctimas del tráfico), ni tantas otras iniciativas que oscurecieron el legado de su predecesor, el conservador Michael Bloomberg. Dos tragedias fuera de su control, la muerte del afroamericano Eric Garner y el asesinato de dos policías en Brooklyn, han dinamitado todo lo construido.
De Blasio ha intentado introducir nuevos usos en territorios donde las leyes viejas persisten. La primera es manejar a la policía. Dos imágenes resumen los errores del alcalde. En agosto, en las primeras tensiones del caso Garner, sentó a su izquierda, en una conferencia de prensa, al reverendo Al Sharpton, conocido agitador afroamericano. A su derecha sentó al jefe de policía, William Bratton. Esa equidistancia fue un insulto para los agentes.
La segunda imagen se produjo el pasado sábado. Decenas de policías dieron la espalda al regidor cuando entró en el hospital que custodiaba los cadáveres de los agentes tiroteados. Esta semana arremetió contra los periodistas en un acto. “¿Qué pensáis hacer? ¿Seguir dividiéndonos?”, espetó. El regidor ha perdido el control de la situación y su batalla ha crispado a la ciudad como no se recordaba desde los sangrientos años setenta (2.500 asesinatos al año), como apuntó, para irritación de De Blasio, el propio Bratton.
La policía odia a De Blasio. Su discurso sobre una nueva relación con la ciudadanía es despreciado por una mayoría de agentes que creció durante las administraciones conservadoras y punitivas de Giuliani y Bloomberg. El abandono de las políticas de mano dura y su sustitución por otras más integradoras y respetuosas con las minorías fue considerado como una desautorización de su historia reciente. De Blasio dejó al cuerpo sin el discurso que le había permitido librar una guerra en las calles con el amparo del poder. El conflicto por el convenio colectivo de los agentes inició las hostilidades.
El primer torpedo llegó en agosto. La Sergeants Benevolent Association, uno de los dos grandes sindicatos, se opuso a la celebración en Nueva York de la Convención Demócrata, una de las grandes iniciativas de De Blasio, porque el alcalde “no se ha ganado el derecho a ser el anfitrión” dada la proliferación de la criminalidad. El argumento era falso.
De Blasio calibró mal aquel ataque y desde entonces ha maniobrado de manera errada. Con la tensión racial al máximo, utilizó su condición de esposo y padre de afroamericanos para calmar las aguas. El tiro le salió por la culata. “Mi mujer y yo hemos tenido miedo de que nuestro hijo Dante se topara con algún policía”, declaró para calmar a los colectivos afroamericanos. Aquello desató la ira de los policías. “Nos ha dejado a los pies de los caballos”, denunciaron los portavoces sindicales.
Otro grave episodio aumentó la tensión. Rachel Noerdlinger, exasesora del reverendo Sharpton y jefa de gabinete de la esposa del alcalde, dimitió a mediados de noviembre por los problemas de su novio y su hijo con la ley. Con antecedentes ambos, se dedicaban a insultar a la policía en las redes. Estos días se ha sabido que durante la campaña electoral, el alcalde se salía del coche oficial para hablar con sus colaboradores tras enterarse de que sus escoltas le habían grabado. El último episodio se vivió hace una semana. De Blasio se reunió en el Ayuntamiento con los líderes de las protestas. Fue otra anotación en el debe de la policía. La muerte de dos compañeros reventó toda la rabia acumulada.
El territorio que pisa el alcalde no es firme. La ola que le aupó al poder se ha retirado. Los neoyorquinos creen que la tensión racial es peor que en la era de Bloomberg, más de la mitad opina que la ciudad está mal dirigida y tres de cada cinco cree que las relaciones entre la policía y la comunidad han empeorado. La agenda de De Blasio está en el barro junto a él.
Munifex escribió:
warrior escribió: