Corría la primavera del año 1992. Después de la fase de trato de prisioneros, la UOE 13 fue enviada diréctamente a la fase de supervivencia.
El trato de prisioneros fue típico, ya lo conocéis por el resto del hilo y no voy a reiterarme en el relato de los hechos. El resultado es que se sale de esa fase con un cierto shock del que cuesta desprenderse.
Tras un trayecto en camión nos soltaron para hacer una buena pateada por riscos y desfiladeros hasta llegar al valle donde habría de transcurrir la supervivencia. Fue bastante dura en diversos aspectos que iré comentando.
La ingesta de alimento quedó reducida a una ración diaria por guerrillero, consistente en alguno de los siguientes manjares:
- cardillos
- llantén
- infusión de diente de león
- compota de manzana (hecha con una manzana para 4 hombres)
- ortigas (hervidas varias veces)
- un tomate o un trozo de lechuga (robada furtivamente del cubo de la basura de la cocina para los mandos)
- nada de nada (plato típico)
Una, y sólo una de esas cosas por persona y día.
Las posiblidades de cazar o pescar eran inexistentes por diversos motivos: la zona era de visita habitual de excursionistas, no había indicios de la presencia de ningún animal en el area asignada, el arroyo que cruzaba el valle no tenía apenas caudal...
El hambre fue pasando factura, unida a una actividad física constante (fabricación de utensilios, construcción de refugios, búsqueda de alimento, elaboración de trampas...) La pérdida de peso fue de unos 500gr. diarios al final de la fase.
Claro, que hubo quienes cometieron la osadia de evadirse hasta un pueblo que distaba unos 10 kms para comprar viandas. Por supuesto lo pagaron caro. Los mandos nos obervaban con prismáticos desde atalayas escogidas al efecto y no se les escapaba nada, así que les tocó dedicarse a sus quehaceres diarios con la mochila colgada.
Más adelante sigo para no aburriros una sola vez, sino varias
Saludos.