Vivimos tiempos calientes en los que grupos de psicópatas logran casi conquistar países bajo banderas retrógradas, igualmente utilizadas para lanzar ataques en las calles de Occidente que siembren el miedo con sangre. Y en los centros de estos ataques sitúan claramente a los agentes del orden, sin importar el uniforme que vistan. Han recibido ataques desde policías en prácticas hasta soldados de civil.

Cuentan con una terrorífica ventaja, ser inesperados.