Después de meses de tira y afloja, el Ministerio de Defensa y el astillero público Navantia han llegado a un acuerdo sobre el coste del futuro submarino de la Armada española, rebautizado con S-80 Plus tras alargarle la eslora en más de 10 metros para compensar su exceso de peso: serán 1.550 millones de euros (más una reserva de 100 millones para atender imprevistos), a sumar a los 2.135 del presuesto inicial, por cuatro sumergibles a recibir entre septiembre de 2022 y julio de 2027. Es decir, 3.685 millones de euros en total, un sobrecoste del 72,5% sobre lo previsto.
El submarino S-80 Plus, del sobrepeso al sobreprecio
El acuerdo ya ha sido remitido al Consejo de Estado para que emita el correspondiente informe antes de que el Consejo de Ministros de luz verde a la modificación de la orden de ejecución. Este contrato es independiente del nuevo ciclo inversor anunciado por la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, para equipar a las Fuerzas Armadas españolas en los próximos 15 años, pues forma parte de los llamados Programas Especiales de Armamento (PEAS) planeados en los años noventa, aunque distintas peripecias han demorado al menos una década la entrada en servicio de los S-80.
¿Es admisible un desvío de más del 70% en el coste de un submarino? Los expertos coinciden en que, dado el alto componente de Investigación y Desarrollo (I+D) que incoporpora el proyecto, tiene mucha más justificación que los abultados reformados de las grandes obras públicas y se remiten a los frecuentes sobrecostes de los sistemas de armas de países de la OTAN. En todo caso, nadie ha explicado este fuerte aumento de costes en el Parlamento ni mucho menos se han asumido responsabilidades.
Tras sucesivos retrasos, el gran fiasco vino en diciembre de 2012, con el reconocimiento de que se había producido un desvío de 125 toneladas en el peso del submarino, lo que afectaba a su flotabilidad y obligaba a rediseñarlo totalmente. Un error de este calibre no se habría producido si, de forma excesivamente voluntarista, Navantia no hubiera roto en 2010 su asociación con el astillero francés DCNS, con el que cofabricaba el submarino Scorpène. La empresa española había construido antes submarinos, pero nunca se había enfrentado al reto de diseñarlos en solitario. Además, el plan de prejubilaciones de 1999 descapitalizó la compañía, al prescindir de muchos ingenieros mayores de 50 años, precisamente los que tenían más experiencia.
Para sacar a flote el proyecto tras el divorcio traumático con los franceses (los dos exsocios acabaron en los tribunales), el Ministerio de Defensa tuvo que recurrir al apoyo técnico de EEUU: la firma Electric Boat, el mayor fabricante mundial de submarinos, supervisó la revisión crítica del proyecto, que en julio de 2016 superó su examen (CDR, por sus siglas en inglés). No fue un apoyo desinteresado: los estadounidenses cobraron 14 millones por su asesoramiento.
El Ministerio de Defensa ha renunciado a penalizar a Navantia por los retrasos. Alega que, al tratarse de una empresa pública, el dinero que entra por un bolsillo sale del otro, ambos del mismo pantalón. Sí se han discutido los márgenes de beneficio, para que equivocarse no acabe resultando un buen negocio.
Los 1.550 millones de sobreprecio suponen un techo de gasto que no tiene por qué agotarse, según las fuentes consultadas. Esta cantidad incluye 16 millones para adaptar los muelles de atraque de la base naval de Cartagena (que deben dragarse y alargarse), los dos simuladores (el de plataforma y el táctico) o la dotación de armamento. También, el sistema de propulsión independiente del aire (AIP), que le convertirá en el submarino no nuclear con mayor autonomía y discreción (capaz de navegar casi dos semanas sin salir a la superficie).
Dos firmas españolas, Técnicas Reunidas y Abengoa, compiten en la carrera por diseñar un sistema capaz de producir hidrógeno a partir de bioetanol. No solo se trata de producir el sistema AIP, sino de miniaturizarlo para su instalación a bordo. Tras varios fracasos, alguno muy sonado, la Armada está convencida de que ambos prototipos culminarán con éxito, aunque da por descontado que no llegarán a tiempo para la botadura de los dos primeros submarinos, por lo que se estrenará en el tercero de la serie y se instalará posteriormente en todos.
La demora del S-80 ha provocado, además, costes colaterales. A dos de los tres submarinos que quedan en servicio de la serie anterior (S-70), que ya deberían haberse dado de baja, se les ha prolongado la vida operativa mediante una gran carena (revisión exhaustiva) no prevista por el fabricante. En total, otros 86 millones de euros que, si hubiera nuevos retrasos, aumentarían hasta sumar 130.
https://politica.elpais.com/politica/20 ... 83988.htmlfalcata75 escribió:
A lo que habria que puntualizar que lo que iba a ser un submarino avanzado,puntero y con altisimas prestaciones y capacidades militares,estando operativos a principios de los años 2000 para reemplazar a los de la clase S-60, que se fueron retirando sin un reemplazo, y que iban a suponer un previsible exito comercial internacional de cara a los futuribles programas de submarinos en numerosas Armadas de tamaño mediano y de "marca España" al 100%...
Han resultado ser un submarino no tan avanzado ni puntero teniendo en cuenta que sus definiciones de diseño y fabricacion se fueron retrasando hasta 2012, casi una DECADA mas tarde de lo inicialmente previsto, cuando se descubrió el problema del sobrepeso y entonces se buscó a la desesperada una solucion y un fabricante con experiencia ( es decir,con ingenieros con experiencia ) cogiendo esto en el peor momento de la crisis economica ademas,que una vez encaminada la solucion al problema, con el pago adicional a este fabricante y los enormes sobrecostes han retrasado el proyecto inicial OTRA DECADA MAS , es decir,20 años de atraso en su entrada en servicio que se dice pronto, llegando por los pelos si es que llega a tiempo, para reemplazar no a los submarinos clase 60 como se preveia, sino a los tres restantes de la clase 70 que ya a dia de hoy se caen de viejos y que tendran que pasar por el carisimo proceso de otra gran carena a sumar a los gastos abultadisimos, y que han dado al traste tambien con el diseño 100% marca España al haber sido rediseñada la ingenieria por una empresa estadounidense.
Pero tampoco contará ya con esas altisimas prestaciones porque su ya sabido sobrepeso lastraran esas caracteristicas de diseño iniciales,por no mencionar que el sistema AIP de propulsion que le iba a proporcionar esas destacadas capacidades,despues de estos 20 años de retrasos, ni está diseñado ni adaptado a las dimensiones necesarias para incluirlos en los submarinos.
Y tampoco contará con las capacidades militares inicialmente previstas pues ya no contaran ni con lanzadores de misiles de crucero ni con los tan llevados y traidos misiles Tomahawk, asi como posiblemente tampoco con los misiles anti buque SUB-Harpoon, con la importante capacidad que eso nos hubiera otorgado frente a nuestros posibles adversarios norteafricanos.
Es decir,que tras veinte años de Navantia haber roto con los franceses de la DCNS y la Armada española haber renunciado a incorporar el diseño Scorpene por pretender algo mas avanzado y ambicioso, veinte años mas tarde contará con algo similar a los Scorpene solo que con mas sobrepeso y muchiiiiisimo mas caros.
Esto por supuesto tambien habrá dado al traste con lo que iba a ser un rotundo exito comercial en el mercado internacional en los programas de submarinos de Armadas extranjeras, que buscaran diseños ya consolidados y probados y de gasto mas contenido.
Por supuesto estos errores ocurren en otros paises que desarrollan armamento avanzado, pero con dos notables diferencias, la primera y fundamental es que en esos otros paises cuentan con solidos presupuestos de defensa que den margen a errores sin hipotecar ciertas capacidades estrategicas, no ya mencionar la hipoteca de futuro de la renovacion y modernizacion de toda la flota de la Armada, que se ha visto sin fondos y teniendo que retirar numerosas unidades anticipadamente sin un reemplazo como
patrulleros,corbetas,transportes,el petrolero auxiliar o el mismisimo portaaeronaves Principe de Asturias, y la segunda diferencia es que en otros paises hubieran caido responsables del Ministerio de defensa,de la Armada y al ser el astillero una entidad publica, los responsables de diseño e ingenieria y el mismisimo presidente de la Empresa. Pero aqui ni pasa ni pasará absolutamente NADA, muy al contrario, se llenaran los bolsillos con suculentas comisiones y se daran unos a otros palmaditas en la espalda brindando con champán cuando llegue el tan necesario dia de sus atrasadisimas botaduras.