Texto completo de las palabras leídas por el Secretario de la Cámara de Representantes, con motivo de la visita de los Miembros del Estado Mayor de las AUTODEFENSAS UNIDAS DE COLOMBIA, al Congreso de la Repùblica, el 28 de Julio del 2.004, en nombre del Comandante General de las AUTODEFENSAS CAMPESINAS DEL MAGDALENA MEDIO, Ramón Isaza.
En vista de las constantes incursiones de la guerrilla en caseríos y veredas del municipio de San Luis, especialmente en lo que hoy es Puerto Triunfo y de los corregimientos de San Miguel y la Danta, en la parte baja de Sonsón, con el ánimo de prevenir y evitar la presencia constante de estos grupos en el área, la señora Belarmina Henao, los señores: Claudino Henao, Román Gómez, José Osorio, miembros de la junta de acción comunal y yo, en ese tiempo concejal, nos trasladamos a Bogotá al comando general del ejercito, a cargo en ese momento del general ALVARO GUERRERO CALDERON, con el fin de solicitar ayuda pidiéndole se pusieran bases militares, sino en todas, por lo menos en algunas de esas poblaciones, con lo cual se pararía el avance de los grupos guerrilleros. Corría el año de 1.976.
No se puede negar que fuimos escuchados con atención, bien atendidos, pero al final salimos peor de lo que entramos, pues con las palabras del señor general, supimos de inmediato que no se nos daría la tan esperada y necesaria ayuda y que si mucho contaríamos con la presencia, de tiempo en tiempo, de alguna patrulla.
Nos hablo el general de la imposibilidad de esta petición, Palabras más, palabras menos, dijo: “... en el país hay unos 26.millones de habitantes y escasos 30 mil hombres de las fuerzas armadas. que en esa proporción solo había un hombre de ellos, por cada 90 mil habitantes, lo que no era lógico, que era por eso imposible ceder a nuestra petición”. ya para despedirnos, dijo el general ¨ lo que deben hacer es organizarse y defenderse, defender sus propiedades y sus familias…¨
En muchas ocasiones, durante los años siguientes, estas personas y otras diferentes, seguimos insistiendo ante otros militares, como la base Calderón de Puerto Boyacá, hoy batallón Barbula, la base Guasimal, hoy batallón Bombona, con sede en Puerto Berrio, pero nada se pudo lograr, mientras cada día el número de hombres de la guerrilla crecía, gracias a la impunidad que los favorecía y al reclutamiento constante de jóvenes y niños de ambos sexos, a veces voluntario, por simpatizar con su ideología, en la mayoría de los casos forzado, al ser amenazadas su familia, pero de manera muy especial por la campaña emprendida por algunos sacerdotes de la región, como los hermanos López Arroyave, (tres: Bernardo, Jesús y Luis), uno de los cuales es honrado por el ELN, al llamar uno de sus frentes con su nombre, “frente Bernardo López Arroyave”.
Mientras más guerrilleros llegaban, más crecía el disgusto de los pobladores de la región y algunos insistíamos en encontrar solución, otros se daban al dolor, pero todos nos íbamos debilitando en nuestra de por si, pobre economía, al tener que entregarles a ellos nuestras animalitos, primero las gallinitas, luego los cerdos y cuando ya no había ni de lo uno ni de lo otro, entonces la vaquita de leche que teníamos, únicas fuentes de sustento para la crianza de nuestros hijos.
No eran esos tiempos como los de ahora, no eran las costumbres iguales a las de hoy. se vivía para la familia, como primera medida y en segundo lugar de los vecinos, de la comunidad.
Muy pocas personas veían en las fincas unos medios de enriquecimiento, era muy poco lo que se trabajaba en ellas técnicamente, todo era a mano, no había tanto abono y matamalezas, era desyerbando y arrancando manualmente, en la misma forma se hacía la siembra, casi no había vías, muchos no conocían ni siquiera un carro, no había luz eléctrica en la mayoría de los campos, uno que otro radio de tubos tenían en las casas del pueblo donde tenían energía, no habían inventado el transistor, cuando se salía en el pueblo le comentaban a uno las noticias, la vida era simple y los campos sitios ideales para vivir y criar la familia, por lo cual 10 o 12 gallinas, 2 o 3 vacas lecheras, nos daban huevos y leche para nuestro consumo, 2 o 3 marranitos que se mantenían sueltos, cuando ya estaban gordos los vendíamos y con eso comprábamos el arroz, el chocolate, la manteca, la sal, el azúcar y otras cosas de la canasta familiar, cuando no era que muchas de estas cosas también las cultivábamos y de manera natural las consumíamos, la carne por lo regular la cazábamos en los montes. Con lo que quedaba comprábamos alguna ropa, o retazos para que nuestras esposa o madres hicieran camisas y pantalones, blusas o faldas, etc. y para cuando había necesidad de remendar la poca ropa que teníamos, por eso cuando esos bandidos se nos llevaban algo, nos descuadraban todo, nos privaban de lo necesario, por eso había que tomar alguna decisión.
Serví en algunas ocasiones al ejercito como guía, buscando a esos grupos armados, esta experiencia sumada a la que traje del regimiento cuando pague servicio, 16 años antes y además el recuerdo de las palabras dichas hacia 2 años por el general en Bogotá, me sirvió para un día tomar la decisión de llamar y convencer a un pequeño numero de vecinos y proponerles nos armáramos y nos convirtiéramos en guardianes de nuestras propias fincas, que defendiéramos a nuestras familias y nos defendiéramos nosotros mismos, antes de que lo perdiéramos todo.
Fuimos hasta la base Calderón, hoy batallón Barbula, comentamos lo que pensábamos hacer y allí nos ayudaron con 8 escopetas y munición suficiente para buen tiempo y entonces un 22 de febrero del año de 1.978, nacieron las hoy AUTODEFENSAS CAMPESINAS DEL MAGDALENA MEDIO ANTIOQUEÑO, claro está con un nombre distinto, puesto por la misma gente de la región “los escopeteros”, en la vereda la Estrella del corregimiento de La Merced (Las Mercedes), del hoy municipio de Puerto Triunfo.
Por ese entonces en Puerto Boyacá, donde existía el mismo problema y quizás mas grave, porque allí ya estaban secuestrando personas, quitando fincas, extorsionando, algunos hombres, entre ellos el señor Gonzalo Pérez, Pablo Guarín y otros, se estaban también uniendo para el mismo fin y al saber los unos de los otros, entonces hicimos una unión , que sirvió para cerrar la llegada de la guerrilla. Conformamos entonces las hoy AUTODEFENSAS CAMPESINAS DEL MAGDALENA MEDIO, a las que luego se unió Cundinamarca y así fue creciendo en hombres y armas este gran ejercito de hombres decididos a no entregar su tierra, su región, su patria, en manos de bandidos con pensamientos e ideas copiados de los extranjeros. después vinieron otras, las de los Llanos, las ACCU, historia que ya conocen bien y que no es del caso contar en este momento, hasta llegar a convertirse en un movimiento Nacional, como hoy lo conocemos
Como si eso fuera poco, para el año de 1.990, al desafió de la guerrilla, se le sumo otro tan grave, o quizás mas, el desafío del narcotráfico encarnado en Pablo Escobar Gaviria y que generó una guerra que fue quizás mas dura que la librada en contra de la guerrilla, donde fui victima de mas de 28 atentados, de los cuales gracias a Dios salí sin problemas en cuanto a la parte física se refiere, pero si muy afectado en la parte familiar, pues en uno de ellos perdí a uno de mis hijos y algunos sobrinos, lo mismo que a un numero elevado de hombre bajo mi mando que también considero como si fueran de mi familia.
Hoy, a mis 63 años de edad y 26 de lucha anti-guerrillera, me presento con orgullo patriótico, en este sagrado recinto, en donde se hacen y escriben las leyes, donde se traza el futuro y se garantiza la democracia del país, para ratificar mi deseo de paz, de tranquilidad, mi inquebrantable propósito de defender mi tierra, mi Departamento, a Colombia entera, hasta las últimas consecuencias, sean estas dar mi vida, o agitar, desde mi patria chica, como cualquier otro campesino del común, honrado y trabajador, la bandera de la paz, muriendo tranquilo, viendo crecer a mis nietos, bisnietos, a todos los niños de Colombia, tranquilos, sin violencia, en esa paz que tanto luchamos por conseguir, pero que desafortunadamente poco pudimos vivir, con la satisfacción de un deber cumplido.
Durante muchos años no ha habido un gobierno en Colombia con el deseo de paz que este gobierno ha tenido, durante muchos años no ha habido una persecución tal a las autodefensas campesinas, como la que ha habido en este gobierno, tampoco una lucha frontal contra la guerrilla y la delincuencia como la que se ha estado librando. pero eso no es un obstáculo para nosotros, nuestro anhelo ha sido siempre la paz y seguiremos apostándole a ella.
Hago un llamado a todos los Colombianos de bien, a que apoyen las medidas de seguridad Democrática impuestas por este gobierno, a que apoyen al Presidente Álvaro Uribe en la lucha que está librando por la paz, para erradicar la violencia, para acabar con el flagelo del narco-trafico, para sacar el país adelante.
Ramón Isaza.
Comandante General.
Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio.
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