Normas generales a seguir en una situación de supervivencia.
Ante todo se deben hacer algunas diferenciaciones. Estas pueden referirse a que la situación de supervivencia afecte a un individuo aislado o a un grupo y que aparezca de improviso, como en un accidente aéreo, o que sea previsible como consecuencia de una operación, evasión de un campo de prisioneros o subsiguiente a una incursión en terreno enemigo. En cada caso se tomaran unas medidas distintas:
- en organización, ya que, por ejemplo, cuando se trata de grupos, se podrán distribuir misiones entre los individuos, mientras que en el caso individual la misma persona habrá de hacerlo todo;
- en tiempo, ya que en ciertas situaciones no se dispondrá de él para prepararse, mientras que en otras transcurrirá un plazo más o menos largo hasta que éstas lleguen a ser más o menos criticas.
Dentro de las condiciones de extrema dificultad, propias de toda situación de supervivencia, las probabilidades de salir triunfantes varían de forma extraordinaria según que la situación afecte a un sólo individuo o a un grupo, o que la situación se cree de improviso o de que pueda ser prevista de antemano.
Supervivencia individual.
La experiencia de numerosos casos de supervivencia, en muy difíciles situaciones, demuestra que el factor más importante para superarla ha sido la firme voluntad de sobrevivir.
Especialmente cuando se está aislado surgen una serie de problemas emocionales resultantes del miedo, la soledad, la desesperación y hasta del aburrimiento, que atenazan la voluntad perdiéndose el sentido de la realidad de la situación y cayendo fácilmente en el pánico o en el agotamiento moral y con él en la pasividad y el anulamiento del deseo de sobrevivir.
Además de estos peligros de la mente, las lesiones, las enfermedades, el dolor, el hambre, la sed y la fatiga influyen sobre la voluntad de vivir. Cuando se esta preparado moralmente para superar todos los obstáculos y aceptar lo peor, las posibilidades de permanecer vivo son máximas.
Supervivencia en grupo.
Para unidades militares será más frecuente que la situación de supervivencia afecte a un grupo que a un individuo aislado. Esto presenta la ventaja de que pueden distribuirse las distintas actividades entre los individuos que lo componen con arreglo a sus facultades, así como la disminución del sentimiento de soledad, del miedo y la menor desmoralización en ciertos individuos al sentirse arropados dentro del conjunto del grupo
La supervivencia en grupo requiere, al igual que la individual, un dominio de la técnica necesaria. Esto, unido al hecho de que normalmente estos grupos estarán constituidos por unidades orgánicas con sus mandos, hacen la tarea de luchar por la vida y evitar la captura, mucho más fácil.
Las dificultades inherentes a la supervivencia pueden verse multiplicadas por el número de individuos, por ejemplo, ante re cursos limitados. La supervivencia colectiva introduce, en ocasiones, entre los miembros del grupo, la disensión.
Es esencial, en situaciones de este tipo, la figura del jefe, que, en el caso de un grupo, ocupa el suyo natural. De su ejemplo, comportamiento y entereza moral, se nutrirán el resto de los componentes del grupo.
Es inevitable la presencia, en ocasiones, del individuo negativo, que ejerce una labor destructiva, minando la moral del grupo. Este individuos, o individuos deben ser vigilados constantemente, pero nunca apartados del grupo, o marginados dentro de él. Hay que intentar recuperarlos, asignándoles misiones o cometidos junto a individuos de mayor entereza física y moral.
Necesidades básicas.
Hay una serie de necesidades básicas o prioridades que hay que atender casi simultáneamente, y que son:
- Protección, contra las inclemencias del tiempo.
- Situación, de la zona donde se encuentran, para poder decidir el comportamiento a seguir, así como posibles peligros.
- Agua, sin ella es imposible sobrevivir.
- Alimentación, aunque no tan necesaria como el agua, tampoco se puede resistir largo tiempo sin ella.
- Atención a heridos y enfermos.
Estas prioridades son la base para el planeamiento de la conducta a adoptar, sin perder nunca de vista la posible misión recibida y el hecho de constituir un grupo.
Estados emocionales.
El superviviente al encontrarse en una situación de esta naturaleza, sufre una conmoción que desemboca en los siguientes efectos:
- Falta de seguridad, lo que llevara al desaliento y, como con secuencia, a una actividad pasiva e indolente.
- Sentimiento de desamparo e inferioridad, a causa del miedo, el dolor, las heridas, etc.
- Impotencia, al no conocer la solución.
- Perdida de la noción del tiempo, al despreocuparse del mañana pensando en cómo subsistir cada día.
Es necesario que el superviviente conozca en cada caso:
- Como reaccionar ante las diferentes situaciones.
- Que significan esas reacciones, sentimientos, expresiones y síntomas externos.
- Cuales son los límites de su tolerancia y cual es su actitud en esas situaciones.
- Como se debe controlar.
Siempre se correrán dos peligros graves:
- Desatender las necesidades básicas, cayendo en la comodidad.
- No planear y permanecer pasivos.
El buscar la comodidad puede ser una actitud positiva siempre y cuando ello no signifique caer en la indolencia. Hay que tratar de adaptarse al calor, la sed, el hambre, dolor, falta de higiene, incomodidades, etc., luchando por superarlas.
En circunstancias adversas, se esta expuesto a una serie de tensiones y necesidades, además de las básicas ya mencionadas, tanto emocionales como físicas, que influyen en agravar el estado de desequilibrio síquico.
Estas tensiones pueden ser producidas por:
- el miedo,
- la soledad,
- la desmoralización,
- el nerviosismo,
- el dolor, las heridas, la enfermedad,
- el cansancio, la sed, el hambre, el sueño,
- el fría, el calor.
Como consecuencia de las tensiones, surgen las siguientes necesidades
- la convivencia con la tensión o estrés
- la organización,
- el mando enérgico y capacitado,
- la disciplina,
- la sanidad e higiene,
- el descanso,
- la forma física.
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