6ª Escuadrilla
Lema: no tiene.
Indicativo de radio: Argo
Misiones: Escuela, calibración, designadores laser
Fecha de activación: 15 de mayo de 1972
Despliegue: Base Aeronaval de Rota
Material: Helicópteros Hughes 500 ASW
Al adquirirse los buques de la U.S. Navy de la denominada "Clase Churruca", más popularmente conocidos como los "Cinco Latinos", (D-61 Churruca, D-62 Gravina, D-53 Méndez Núñez, D-64 Lángara y D-65 Blas de Lezo) se formó la 11ª Escuadrilla. El programa FRAM incluía, entre otras muchas mejoras, la adopción de una reducida cubierta de vuelo para la maniobra de un pequeño helicóptero antisubmarino no tripulado denominado como sistema DASH (Drone Anti-Submarine Helicopter).
Este sistema fue un total fracaso operativo hasta el punto de que hubo ser reemplazado por un ingenio tripulado, más fiable pero bastante más pesado, que obligó a reforzar las cubiertas de vuelo y planteó la necesidad de adquirir un nuevo modelo de helicóptero. Se necesitaba un helicóptero pequeño y ligero, manejable y sencillo, siendo la respuesta a esta concreta necesidad el pequeño Hughes 500, capaz de operar desde estos buques y cuyas primeras unidades llegaron en abril de 1972.
Siguiendo la política de la Armada, a un nuevo modelo de helicóptero correspondía la creación de una nueva Escuadrilla para operarlo, activándose de este modo el 15 de mayo de 1972 la Sexta Escuadrilla , en el mismo año de llegada de los primeros helicópteros.
El primer lote recibido es de cinco unidades del H-500, que llega sin equipo naval, por lo que se solicita a la casa fabricante, Hughes, la adaptación para su uso embarcado, dotándose de flotadores y de un lanzador para torpedos MK-44 y MK-46 y convirtiéndose en el Hughes 500M ASW. De las cinco unidades, tres vinieron con capacidad para portar el MAD (Magnetic Anomalies Detector) AN/AQS-81 en un soporte instalado a estribor, mientras que los dos restantes llevaban grúa o hoist. Así los nuevos Hughes, adaptados a cometidos de lucha antisubmarina, operaron con los cinco destructores clase "Churruca" mencionados anteriormente y con las dos unidades nacionales clase "Roger de Lauria", el propio D-42 "Roger de Lauria" y el D-43 "Marqués de la Ensenada", versión modernizada de la clase "Oquendo" que a la postre resultaron similares a los navíos norteamericanos FRAM II y que disponían igualmente de una reducida cubierta de vuelo.
Posteriormente se incorporan otros nueve helicópteros de los que tres llegarían en enero de 1974, cuatro en abril de ese mismo año y por último dos más en julio de 1976 y julio de 1977.
Dados de baja los destructores con capacidad aérea (los cinco "Churruca" y los dos "Roger de Lauria") y con los Sea King operando en cometidos antisubmarinos, los Hughes 500 quedan relegados a misiones de escuela y enlace, aspecto para el que se han mostrado especialmente válidos por su sencillez de manejo, facilidad de mantenimiento y economía de operación.
Es quizás este aspecto fundamental de sencillez y economía lo que ha permitido a esta unidad mantenerse no solamente "viva", sino desplegando una gran actividad. Una vez más hay que hacer referencia al importante trabajo del personal de mantenimiento, verdaderos responsables de la dilatada historia de la Escuadrilla y de sus altas cotas de operatividad alcanzadas. Lejos del concepto americano con el que se desarrolló este ya veterano helicóptero de poco menos de "usar y tirar", la Escuadrilla ha sabido conservar en perfectas condiciones su material permitiéndoles seguir en activo.
El Hughes se ha revelado como un helicóptero muy utilitario, seguro y a la vez muy barato de operar, siendo con diferencia el modelo de más bajo coste de mantenimiento por hora de vuelo de toda la Flotilla. Como ejemplo basta decir que todos los helicópteros de la Escuadrilla consumen en 15 días lo que un Harrier en una hora de vuelo. Con estos datos es fácil comprender que se hayan ido adaptando los cometidos de la Escuadrilla manteniendo activos sus helicópteros y que hoy en día y para las labores de enseñanza, no sea fácil encontrar un sustituto.
En cuanto a seguridad y a pesar de la limitación impuesta por su única turbina, el salto de la Primera Escuadrilla y sus Bell 47 al Hughes 500 fue enorme y trascendente. Representó pasar de un helicóptero con motor de gasolina y depósitos elevados sobre la cabina a un helicóptero de turbina y con combustible de aviación. La mejora en seguridad, simplemente por el menor riesgo de incendio, es patente y ello se ha hecho notar en sus más de 60.000 horas sin accidentes mortales.